-Son considerados una amenaza.- Dijo mi abuelo luego de unos minutos en silencio.
-¿Qué?.- Pregunté sin entender muy bien a que se refería.
-Los Delta son considerados una amenaza por parte de los demás licántropos. Muchos buscan acabar con ellos.- Continuó hablando- Mi padre tuvo que esconderse por años de los Alphas más codiciosos. Pero no resultó siempre.
-¿De qué hablas? ¿Quieres decir que buscan matar a mis hijos?.- Toda la información estaba llegando de forma abrupta y sentí que todo se repetía otra vez.
-No lo sé. Y si es así no entiendo cómo es que la información de que son Delta a llegado a oídos de otros. Son muy pequeños como para dar indicios sin acciones de por medio, si no hubiesen estado manifestando su transformación no tendríamos idea alguna.
-Entonces, ¿Cómo es que ya lo saben?.- Pregunté preocupada.
-No tengo ni la más mínima idea.- Respondió y pasé ambas manos por mi rostro tratando de respirar y mantenerme tranquila- Escucha, nada les sucederá si exponemos esto a los Alphas de las manadas vecinas. Si desmontáramos que son totalmente inofensivos ante ellos estarán de nuestro lado.
-No expondré a mis hijos como si fuesen objetos de un museo.- Dije con determinación en mi voz.
-No tienes que hacerlo. Sólo convoca a una reunión y explica lo que ocurre, antes de que sea demasiado tarde y todos piensen en acabar con sus vidas.
-¿Por qué no me lo dijeron tú y papá en cuanto se enteraron? Son mis hijos, tengo derecho a saber qué diablos ocurre con ellos.- Dije frustrada intentando controlar mi molestia.
-Eso no importa ya. De nada te servirá recriminarlo sólo haz lo que te digo y convoca a los Alphas para esta misma noche si es necesario.
-¿Estarás allí?.- Pregunté y él pareció pensárselo pero asintió de todos modos.
-Sí. Después de todo sigo siendo un Alpha.- Asentí antes de ponerme en por dispuesta a irme para hacer lo que me había aconsejado- Lauren.- Me llamó antes de que cruzase la puerta de entrada- Nada les pasará.
-Claro que no. No voy a permitirlo.
-Ninguno de nosotros lo hará.
...
-Niños fue suficiente televisión por hoy, a la cama.- Dije entrando en la sala y recibiendo como respuesta bufidos por parte de los castaños quienes miraban muy concentrados las caricaturas.
-¿Dónde está mamá? Dijo que nos contaría una historia para ir a dormir.- Murmuró Nick frotando sus ojos antes de apagar el televisor y ponerse de pie.
-Eso quisiera saber.- Susurré más para mí que para él- Cepillen sus dientes subiré en unos minutos para arroparlos.- Dejé un beso en la frente de cada uno.
-Somos grandes mamá, no necesitamos que nos arropen.- Comentó divertido Nigel mirándome con una sonrisa traviesa.
-Sube ya niño grande.- Reí despeinando su cabello ligeramente antes de observarlos tomar rumbo escaleras arriba.
Caminé hasta la ventana para observar hacia afuera notando como la oscuridad se apoderaba de la noche siendo acompañada por la Luna. Lauren había salido de casa hace bastante tiempo y aún no regresaba, comenzaba a preocuparme porque jamás desaparecía sin avisar en donde se encontraría. Justo en cuanto estaba por subir la escaleras hasta la segunda planta, la cerradura crujió antes de que la puerta de entrada se abriera dando paso a la ojiverde.