Te cuidaré

Capitulo 11

-JESÚS OVIEDO- ▪Lunes 18 Octubre.
Paseo por lo pasillos del enorme instituto despejando mi cabeza e intentando espabilarme ya que he dormido muy poco en el fin de semana. Escucho como su dulce voz ruega que paren, unos chicos se ríen y siento como el instinto de lobo me golpea el pecho cuando escucho sus sollozos.
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-¿Qué pasa aquí? -digo mucho más serio de lo que esperaba.
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La sueltan el agarre del  brazo, ella cae al suelo sollozando y los chavales ríen negando con la cabeza.
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-¡Fuera! en mi clase a la salida que os contaré un par de cosas. -digo furioso.
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Ellos se van realmente asustados, me apoyo en una de las paredes relajándome a la vez que siento como mi corazón realmente golpea mi pecho ¿por qué sucede esto? Me agacho dándome cuenta de lo aterrada que está, toco su tembloroso brazo y mis ojos se cristalizan al verla tan aterrada.
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-Ponte en pie, no te pasará nada. -susurro.
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Ella se pone en pie, su cuerpo tiembla a la vez que llora desconsoladamente.
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-Ven, vamos a hablar con el director. -susurro limpiado su delicada mejilla mojada en lágrimas.
-No, por favor, abrázame. -suplica susurrando.
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Mi cuerpo se estremece ante sus dulces palabras y la estrecho entre mis brazos sintiendo como tiembla de miedo.
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-Estás conmigo, no te van a tocar. -susurro.
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Desprende un suave aroma a coco que me encanta, undo mi cabeza en su cuello mezclándome con su cabello de nieve y noto sobre mis labios su erizada piel. Gira su rostro, sus carnositos labios chocan con los mios mucho más robustos pero rellenos. Agarro su rostro entre mis manos cerrando los ojos mientras su aliento de menta inunda mis labios. Me armo de valor para besarla pero el timbre nos interrumpe, ella se aparta un poco de mí y baja la cabeza sin decir nada. La llevo a clase y cuando regreso a la mía para dar mi clase toco mis labios.
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-Mierda. -murmuro golpeando la mesa con rabia.
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La hora de salida llega, los tres chicos se acercan a mi mesa y río irónico.
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-¿No pensáis en ella? ¿no os da lástima?
-Es una ciega que va dando pena. -espeta uno de ellos.
-Seguro que inventa todo. -suelta uno rubio.
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Golpeo la mesa con rabia mientras el dicho sentimiento de antes me llena el corazón de rabia.
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-Como la toquéis os veréis con Jesús Oviedo, no con el profesor de música y creedme, sois unos mocosos. -digo furioso...