Capitulo 79

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-MIA EVANS- ▪Jueves 22 de Octubre.
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Daniel asiente cuando escucha mi propuesta y sonrío.
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-Yo sé que tu hermano no me lo va a perdir. -digo riendo.
-Es vergonzoso con esas cosas. -aclara Juan Carlos.
-Por eso quiero pedírselo yo.
-¿Cómo lo harás?
-Buscaré un anillo, el viernes de la semana que viene quiero perdile matrimonio, quiero que sea en su casa, os llevareís a Chloe y al día siguiente iremos a por ella. -digo sonriendo.
-Perfecto. -dice Juan Carlos.
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Me despido de ellos y regreso a casa viendo como está sobre el sofá con la bebé en brazos durmiéndola.
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-Hola. -digo como una bebé sentándome a su lado.
-Hola nena. -responde desanimado.
-¿Qué te ocurre gordo? -pregunto.
-Nada, da igual. -responde desanimado.
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Frunzo el ceño, la pequeña se queda dormida y él va a dejarla en la cuna.
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-¿Dónde has estado? -pregunta sentándose en el sofá.
-Ya lo sabrás. -murmuro sentándome sobre él.
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Me quito la camiseta, él me mira relamiéndose los labios y sonrío.
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-No puedo tocarte después de saber la verdad, seis años a la basura por él. -dice apenado.
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Agarro su rostro y veo lo afectado que está, beso sus labios muy suavemente y sonrio desabrochándome el brasier.
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-Eso es pasado, ahora me tienes aquí y con una hija tuya en la habitación ¿qué más dá? -pregunto agarrando sus manos.
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Acaricia la piel de mis senos erizándomela, quito su camiseta hundiendo mis dedos en su definido abdomen mientras sus labios ya están sobre mi piel.
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-Te amo. -murmuro jadeante.
-Joder yo más. -responde poniéndose en pié conmigo encima caminando hacia la habitación.
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Me suelta suavemente sobre el colchón, me desnuda al compás de sus labios. Cuando me hace suya hace que todo sea tan suave como una balada, sus caricias van siempre al compás de sus labios, así como mis gemidos de sus embestidas cuando me siento mujer sobre nuestra cama.
Mi hombre acaba desnudo, entrelaza nuestros labios a la vez que nuestras manos y me une a él en un movimiento de su cadera. Me hace el amor suavemente mientras le gimo, suplico y suspiro que jamás me deje sola. Se tumba junto a mí cuando acabamos y cierro los ojos cansada.
Se pega a mi rodeándome con sus brazos y él junta nuestras frentes.
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-Jesús. -susurro.
-No digas nada, no vaya a ser que me despierte. -murmura colocando su índice sobre mis labios...

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