Capitulo 22

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-JESUS OVIEDO- ▪Lunes 22 de Enero.

-Tu madre no va a dejarme pasar. -advierto mientras conduzco.
-Yo hablo con ella, pero bro, ¿que te ata a mi hermana tanto? A ver entiendo que la ames pero, ¿tanto? Ella es una niña.
-Ella es distinta, sabe que conmigo jamás le sucederá nada y va más a allá que eso... mi lobo también se ha enamorado de ella y pierde el control cuando no está. -comento aparcardo.
-Joder, no sabes lo difícil que lo tenéis. -dice bajando.
-Ella me quiere. -digo casi seguro.
-Eso lo sé, te adora.
°
Su madre sale de la cocina y se queda pálida al verme, mira a Cameron el cual agarra a su madre antes de que hable.
°
-Ella está mal tanto física como psicológicamente, ella se siente bien con Jesus por eso lo he traido. -dice mirándola.
-Mia es muy pequeña para usted. -dice mirándome.
-Llámeme Jesus. -digo educado.
-Le dejo que pases a ver a mi hija, pero no esperes mi bendición para estar con ella, tardará y debéis ganarosla. -dice segura.
°
Asiento, Cameron me acompaña arriba y entro en su habitación viendo como tiene un vendaje en su abdomen mientras duerme tranquilamente. Me tumbo junto a ella y se acurruca en mi pecho sonriendo.
°
-Pensaba que dormías. -susurro acariciando su cabello.
-Tan sólo descansaba. -susurra rodeandome con sus finos brazos.
-¿Cómo te encuentras?
-Ahora genial. ¿Cómo has entrado en mi casa? -dice susurrando.
-Por la puerta. -digo obvio.
-¿Mi madre te ha dejado pasar? -pregunta extrañada.
-Sí, pero muy pesadamente. -susurro acariciando sus pómulos.
°
Separa un poco el rostro de mi pecho, agarro su rostro entre mis manos mientras acaricio con mis pulgares sus labios rotos, es una muñeca de porcelana, igual de frágil pero hermosa como ellas. Sus celestes ojos se abren y mi sangre se mueve mucho más lento por mis venas relajandome.
°
-Bésame. -susurra.
°
Pego sus labios a los mios, mi lengua toca su labio inferior y choca con la suya muy sutilmente haciendo que su frágil piel se erice ante mis manos que tocan su espalda desnuda.
°
-Eres hermosa. -susurro.
-Le has partido la cara a ese chico ¿verdad?
-Me lees el pensamiento bruja. -bromeo haciendo que ría.
-Tengo miedo. -susurra.
-Estás conmigo, no debes tenerlo. -la estrecho contra mi pecho.
-¿Y si mañana no estás conmigo? -pregunta asustada.
-Siempre te cuidaré. -susurro...

Te cuidaré Donde viven las historias. Descúbrelo ahora