Te cuidaré

Capitulo 35

-JESÚS OVIEDO- ▪Viernes 7 de Mayo.
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Cameron me llama mientras conduzco y me llevo el teléfono a la oreja.
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-Mi madre no te puede ver pero mi hermana está aqui plantada diciendo que no va a hacer esa audición porque es penosa tocando el piano.
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Suspiro y giro el volante cambiando de destino.
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-En dos minutos estoy ahí.
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Cuelgo y efectivamente, en dos minutos estoy en su casa. Llamo varias veces al timbre y Cameron me abre la puerta. Entro en su casa decidido y veo como Mia llora mientras su madre le riñe diciéndole que han pagado mucho para que se eche atrás.
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-Reñirle no es lo mejor. -digo entrando al salón.
-Vayase de mi casa, no es bienvenido. -dice seria.
-Gordo... -dice ella llorando pero sonriendo.
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Su madre me mira desafiante, me acerco a su hija y acaricio la porcelana de sus mejillas mojadas por lágrimas.
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-¿Por qué no quieres ir a esa audición? -susurro dulce.
-No, voy a hacer el ridículo.
-Pero si lo haces genial, aún hay tiempo para ensayar.
-Vayase de mi casa ¡ya! -exige su madre.
-¿Te vienes conmigo? -le susurro cerca del oído a Mia.
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Ella asiente sonriendo y la cogo como un saco haciendo que se ría.
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-Mañana la traigo bro. -le digo a Cameron.
-¡Vuelve con mi hija! -grita.
-Yo me voy, que me insiste mucho.
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Salgo de su casa, siento a Mia en el coche y me siento junto a ella frente el volante. Conduzco hasta mi casa deleitandome con las caricias de sus dedos sobre mi mano, el coche esta en silencio pero una dulce melodía que ella canta en susurros es como escuchar a ángeles aquí dentro. La cogo para entrar en mi bloque, entro en el ascensor y cuando llegamos a casa la dejo sobre el sofá mientras lo toca con sus manos ubicándose.
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-Es mi casa muñeca, tranquila.
-Mi madre te detesta. -dice suspirando.
-Bueno... no seré el primer hombre en llevarse mal con su suegra ¿no? -bromeo.
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Ella ríe tímida y me siento junto a ella atrayéndola a mí sentándola sobre mi regazo a la vez que sus dedos de porcelana trazan círculos en mi pecho.
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-No voy a ir a la audición.
-Si que vas a ir.
-No.
-Soy tu profesor y te digo que sí. -ordeno.
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Ella se cruza de brazos suspirando y río haciéndole cosquillas con mis dedos en el cuello.
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-Nos pelearemos en otro momento, te tengo en mi casa todita para mí. -digo colocándola a horcajadas.
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Mordisqueo su cuello haciendo que ahogue gemidos y se ríe cuando hago consquillas.
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-¡Ay! -grita riendo.
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La beso mientras hunde sus dedos en mi nuca, quiero sentirla mía de nuevo pero es tan pequeña y yo tan mayor junto a ella.
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-Quiero hacerlo. -susurra como si me leyera el pensamiento.
-Tienes quince y... -me frena.
-Y tu veintitrés, pero tambien eres él hombre que amo. -susurra...
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[CONTINUARA...]