Capitulo 26

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-JESÚS OVIEDO- ▪Martes 23 de enero (noche) / Miercoles 24 de Enero (día)
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La brisa marina choca en mi rostro moviendo mi tupé y llevándose el humo de mi cigarrillo a la vez que mis ojos se centran en la inmensidad del mar. Giro mi rostro al escuchar como se mueve entre las sabanas manchadas del rojo más puro que jamás vere: la sangre de su virginidad. Mi lobo interior es consciente que está enamorado de ella y lo temo, no sé si será capaz de buscarla en la próxima luna llena. Tiro el cigarrillo, me siento en el filo de la cama junto a su cuerpo de porcelana desnudo solo para mi y ella toca dormida la mano que tengo en su mejilla. Ocho años no es tanto, simplemente son ocho años ¿no? Es una puta locura mire por donde lo mire. Ella tiene tanto miedo, a que le haga daño, a que la deje sola, a que no la cuide pero inevitablemente sé que le haré daño pese a que mi corazón sabe que en cuanto ella se valla de mi vida todo será un caos.
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-¿Jesús? -susurra con voz aguda y adormilada.
-Estoy aquí, muñeca.
-Tengo frío.
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Me tumbo junto a ella apoyando mi cabeza en sus pechos y besa mi cabeza mientras mis músculos la rodean.
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-Mañana regresamos. -susurro.
-Te quiero. -dice ignorando mi anterior comentario.
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Siento su suave respiración mover las ondulaciones de mi cabello y me quedo dormido esuchando su respiración entrelazarse con el sonido de la brisa marina. A la mañana siguiente siento como acarician mis olas de cabello, sonrio con los ojos cerrados y ella besa mi cabeza.
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-Buenos días dormilón. -susurra
-¿Cómo sabes que estoy despierto bruja? -bromeo con voz ronca.
-Siento tu sonrisa en mis pechos. -dice algo avergonzada.
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Abro los ojos, la atraigo tumbantumbandoladola sobre mi y ella apoya su cabeza en mi hombro.
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-No tienes defectos. -susurro.
-Por lo que toco, tu tampoco. -dice sonriendo.
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Detesto que no vea, detesto que tengamos que volver, detesto que solo tenga quince años, detesto toda la mierda que me aleja de ella.
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-¿Ya regresamos a Sevilla?
-Te visto, me visto, desayunamos y regresamos. -susurro.
-Me quedaría toda la vida así. -dice mientras el color rojo que tanto me gusta adorna sus pecas.
-Estas desnuda sobre mi cuerpo desnudo y ayer te hice mía, no tengas vergüenza. -digo sonriendo.
-Es difícil.
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La visto y cuando le doy de desayunar, mientras desayuno también la llevo a mi coche. Ella apoya su cabeza en la ventanilla tras un rato viajando y pongo música, sonríe mientras escuchamos una canción que jamás he escuchado.
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-¿Sabes cuál es?
-Te espero cada noches, de Merche. -susurra sonriendo.
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La voz de la mujer rompe y veo como muerde su labio, agarro su dulce mano y la beso con mis labios.
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-Me recuerda a tí. -susurra.
-Amo todo lo que dices, del derecho y del reves. -repito la letra de la canción.
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Ella sonríe y nuestras manos no se separan.
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-Mi hermano te mata cuando sepa lo que ayer pasó.
-Prefiero que me mate a vivir sin ti. -digo en una bocanada de sinceridad.

Al final del viaje...

Llamo al timbre, ella me abraza muy fuerte haciendome saber que es consciente que no nos volveremos a ver. Su madre abre la puerta arrancandola de mis brazos y la estrecha entre los suyos asustada.
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-¿Cómo te atreves a llevartela? ¡Ella es una niña! -acusa seria.
-Mamá déjame. -susurra.
-Hija, ve a la habitación.
-¿Cómo voy? Claro mamá me se muy bien el camino, como veo tanto. -dice ofendida.
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Su madre se tapa los labios arrepentida y tiro de los brazos de mi muñeca estrechandola entre mis músculos. Me niego a que se aleje de mí.
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-Mamá entra con Mia, dejame hablar con Jesús. -dice Cameron quitandose las gafas.
-No quiero que me separen de ti. -me susurra.
-Entra con tu madre muñequita, prometo que nos volveremos a besar. -susurro.
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Dejo un suave beso en sus labios y entra con su madre. Cameron me empuja sacandome de su casa y me mira serio.
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-Ya te vale, ella es una niña Jesus, ¡una puta niña de quince años! -dice enfadado.
-Relájate. -digo suspirando.
-Alejate de ella Jesus, te lo suplico, se ha enamorado de alguien que no existe.
-¿Qué dices? -contraataco.
-¡Eres un puto hombre lobo! ¿qué le dirás cuando empiece a notar tu instinto animal? -grita pero no muy alto.
-Mi lobo esta loco por ella ¡jamás la tocaría! -grito.
-Solo basta que me digas que la has desvirgado para tener más ganas de partirte la cara.
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Toso cuando me quedo sin aliento, Cameron me mira furioso y agarro su puño antes de que impacte en mi rostro.
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-Igual que tu tienes la fuerza de lobo yo tengo tambien sus reflejos, un lobo jamás matará a otro lobo, estamos en igualdad de condiciones. -digo serio soltando su puño.
-Osea que no solo te adueñas del corazón de una niña de quince años ¡tambien de sus bragas!
-Se te va de las manos Cameron, relajate y cuando serenes tus pensamiento me hablas.
-Lejos de mi hermana. -advierte mientras camino ha mi coche.
-No tienes tanta suerte chucho. -susurro cuando arranco el coche...
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[CONTINUARA....]

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