-MIA EVANS- ▪Martes 19 Octubre. Abre mis ojos con sus dedos revisándome, el doctor suspira y mi madre ahoga un grito de desesperación. Me suelta y mi hermano suspira.
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-¿Qué pasa? -digo asustada.
-Vamos a casa enana. -dice mi hermano ayudándome a bajar.
-Quiero saber que pasa. -insisto enfadada.
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Mi madre agarra mis manos, las suelto enfadada y Cameron suspira.
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-¡Parar de suspirar!
-Tranquila hija, ya hablaremos en casa. -dice mi madre.
-No, ahora. -digo firme.
-Nunca vas a poder ver, hay pocas esperanzas. -espeta mi hermano.
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Mis ojos se cristalizan, doy pasos atrás llorando y choco con algo. Me giro buscando donde ir y encuentro el pomo de una puerta, la abro y ando lo más rápido posible agobiada por lo que creo que son los pasillos hospitalarios. Entre las súplicas de fondo de mi madre que pare y mi hermano diciéndole a mi madre que se tranquilice su voz hace que pare en seco.
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-¿Otra vez llorando preciosa? -susurra su hermosa voz.
-Profesor. -susurro buscándolo con mis manos.
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Coloca mis manos en su pecho musculoso por lo que mis manos palpan, siento como su respiración cae sobre mi nariz haciendo que la arrugue levemente y siento su robusta pero suave mano acariciar mi mejilla apartando mis lágrimas.
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-No más, porfavor, si no te suspenderé -susurra bromeando.
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Sonrío tímida ante su comentario a la vez que sorbo los mocos que el llanto ha provocado, mi corazón va a una alta pero agradable velocidad, Jesús es distinto a todos, él no me golpea, no se mete conmigo, no juega conmigo... simplemente me cuida como nadie jamás hizo sin conocerle de nada.
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-¿Jesús? -dice Cameron.
-Eh bro. -saluda amistosamente Jesús.
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Me alejo del pecho de mi profesor y choco con mi hermano.
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-¿Os conocéis? -pregunta mi hermano.
-Soy su profesor de música. -indica con un tono risueño.
-Ya me llamas que te debo unas, vamos a casa enana. -dice pasando su brazo por mis hombro.
-Adios Mia. -dice con su dulce tono de voz.
-Adios profesor. -susurro avergonzada...
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Te cuidaré
FanfictionEl amor es ciego, ella jamas fue una chica común, él, una persona a la que le tortura un error desde pequeño... ¿Y si la realidad tan solo es un espejismo de la fantasía?