Capitulo 85

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-JESÚS OVIEDO- ▪Viernes 31 de Enero.
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Mi pequeña tararea una canción mientras la sostengo entre mis brazos. Mi prometida llama al timbre, deja un suave beso en mis labios y sonríe.
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-Estoy muy orgullosa de tí. -murmura.
-Más te vale. -respondo.
-Sonríe un poquitín. -me dice besándome los labios.
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Sonrío como un bobo con sus labios sobre los míos, mi pequeña me da un besito en la mejilla y la que es mi madre abre la puerta.
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-Que alegría que hayáis venido. -dice emocionada.
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Entro mientras mi chica le da dos besos, es demasiado educada. Mi pequeña ríe cuando ve a Daniel y estira sus brazos hacia él: siempre se llevaron bien, eso me gusta.
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-Hijo. -dice mi padre.
-No me llames así ¿captado? -digo serio.
-¿Jesús? -pregunta.
-Exacto . -respondo.
-Tienes una familia hermosa. -alaga.
-Lo sé. -digo orgulloso.
-¡Tito! -grita mi bebé a causa de las cosquillas de mi hermano.
-Me gustaría poder saludar a mi nieta ¿puedo? -pregunta.
-No le digas que eres su abuelo. -advierto.
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Se acerca a ella dejándome solo, mi muñeca pasa sus brazos por mi cuello y junta nuestras frentes.
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-Será muy larga la cena. -digo suspirando.
-¿Y lo feliz que está la bebé jugando? -pregunta sonriendo.
-Es la niña más hermosa que he visto jamás. -digo mirándola.
-Es su hija señor lobo. -me dice.
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La beso suavemente, nos sentamos en la mesa y nos sirven vino.
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-¿Y que es de ti Jesús? -pregunta Eva.
-Estudié música y trabajo en un conservatorio. -respondo seco.
-¿Cómo os conocistéis? -pregunta mi padre.
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Ella tose por la pregunta, río mirándola y continua dándole de comer a la pequeña.
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-Resumidamente, yo era ciega, él se puede decir que se quedó ciego por mí, una cosa llego a la otra y pues aquí estamos. -responde sonriendo.
-Sin ser entrometida, tú eres mucho más joven, al menos eso pareces. -dice mi madre.
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Me tenso ante su comentario, ella me mira y me sonríe cómplice.
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-Ocho años, soy ocho años mayor. -respondo.
-Vaya... No había otra edad. -murmura mi padre.
-¿Qué? Esa era la edad con la que más me pegábais. -respondo seco.
-Hijo porfavor, eso es pasado. -suplica.
-¿Pasado? El como me jodistéis la vida es pasado, no Eva.
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Tras eso la miro con un gesto entristecido, toca mi mejilla y niega.
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-Lo siento nena. -murmuro.
-Mira ¿sabéis que vamos a hacer? Lo mismo que hasta ahora no os conozco, no tengo padre porque me dáis asco ¿qué clase de persona pega a su hijo? -reprocho.
-Vamonos mi vida. -murmura ella.
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La miro, acepto y nos vamos sin decir nada más.
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-Tardaría poco. -suspiro cuando entramos al coche.
-Estoy orgullosa de tí. -me sonrie...

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