Herencia Ricoy (R#10)

6. Me devuelve el ánimo

Tatiana

Estoy en la sala de arte, me reuní aquí hoy porque pronto habrá una exposición y me encuentro muy emocionada. Me esfuerzo por mostrar al que pienso que es mi mentor, el trabajo que creo correcto, pero de repente grita enojándose y yo quedo perpleja.

—¡Esto es una porquería! —El profesor tira mi pintura que con tanto esfuerzo me costó armar y la rompe como si no valiera nada—. ¡Nunca entrarás a la academia de arte con esta estupidez! —Se retira furioso y yo solo me angustio.

Levanto los trozos de lo que creía que era mi mejor obra y ahora resulta que solo es basura. Mis ojos se humedecen, pero entonces me sobresalto al oír una melodía, la cual me aleja de mis pensamientos negativos y de las lágrimas que lograron escaparse. Camino hasta el hermoso sonido y me detengo en la sala de música, visualizando a Félix con su guitarra.

—No sabía que tocabas baladas. —Mi corazón se acelera y me refriego los ojos.

—No, no lo hago —dice nervioso—. Pero me pareció un buen momento para hacerlo. —Sonríe.

—¿Escuchaste al profesor? —Me percato.

—Sí, y no creo que tus cuadros sean una porquería. —Frunce el ceño—. Tienes mucho talento, no lo escuches.

Muevo un mechón de mi cabello tras mi oreja y me sonrojo, termino sonriendo.

—Gracias.

—No hay de qué, es lo que pienso. —Sonríe también y se me acerca—. Quizás deberías buscar otra persona que te oriente.

Bajo la vista.

—Sí, pero yo no sé.

—Pues si no te molesta, puedo investigar por ti. —Pasa su mano por su cabello rubio—. ¿Qué dices?

—Me encantaría pero ¿Qué tal si investigamos juntos? —ofrezco.

—Eso sería estupendo. —Su sonrisa se amplía.

—¿Quieres venir a mi casa? Le diré a Papá Nick que prepare algo delicioso.

Ríe.

—Me encantaría, hace rato que no veo a Nick Nick.

—Demasiado trabajo, supongo. —Río también.

—Entonces ¿A la salida? —pregunta.

Asiento.

—Claro, ahí nos vemos. —Camino hasta la puerta y me giro para verlo—. Gracias otra vez. —Le regalo otra sonrisa y me retiro.

Me ha devuelto el ánimo, qué alegría, siempre lo hace. Me gustaría que nos veamos más seguido. Estoy feliz, salgo con una sonrisa de allí.