Herencia Ricoy (R#10)

54. Cena familiar

Tatiana

Termino de ayudar a Papá Nick a poner la mesa, ya que comienza la cena familiar y luego me siento al lado de Félix.

—¿Crees que nos haya escuchado? —susurro.

—¿Tú sí? Yo lo veo igual que siempre.

Le doy un codazo.

—Es un espía ruso.

—¿De qué hablan? —Sonríe Papá Nick.

—¡Nada! —decimos los dos al mismo tiempo.

—¡Queremos comer, queremos comer! —cantan Priscila, Evan y Tristán juntos.

Se escucha el sonido del inodoro y Cely sale del baño. Camina y se sienta al lado de Ian que evita mirarla, parece agitado.

—¿A tu papá le pasa algo? —le pregunto a Félix.

—No quieres saber. —Se ríe.

—¿Alguien sabe dónde está Katty? —pregunta Daniel que camina en círculos mientras la llama una y otra vez.

La Reina bufa.

—Discutimos, espero que no sea por eso.

—¿Qué fue lo que le dijiste? —expresa molesto.

—¿Qué fue lo que hizo Katty? Dirás —le aclara David sentado al lado de ella.

—Mamá está otra vez de entrometida —exclama Ian.

—¿Por qué no cambiamos de tema? —dice Cely sonriente—. Estoy segura de que Katty, leerá tu mensaje y vendrá.

—Tiene razón, cariño, siéntate. —Helen le hace una seña y Daniel se le acerca para sentarse.

—Vale, cambiaré de tema. —Se cruza de piernas la Reina y exclama con confianza mirando a papá—. ¿Para cuándo la pareja? ¿Vivirás soltero para siempre? Ya fue lo de Aleshka, ¿sabes? —Sonríe.

—Eso es un secreto, jefa —le responde Papá Nick a su burla.

—¡¿Eh?! —Saltan todos menos Cely y yo me quedo pensativa.

—Lo sospechaba —opino y luego miro a la castaña—. ¿Pero tú lo sabías? Lo digo por tu reacción.

—¡¿Cómo qué Celeste lo sabe antes que yo?! —grita la Reina—. ¡¿Quién es?! ¡¡Exijo que me lo digas!! Es una orden, sin mi aprobación no hay nada.

Papá Nick se ríe y repite.

—Es un secreto. —Agarra un vaso—. Aunque en realidad no es nada serio aún, nos hemos visto un par de veces nada más ¿Cuántas? ¿Tres? —le pregunta a Cely.

—Ella quiere repetir. —Se ríe la castaña.

—Ah. —Se da cuenta Ian—. ¡Ya sé quién es! —Sonríe.

—Viste, viste. —Le da golpecitos su esposa.

—Ay, qué me sonrojo —bromea Papá Nick y se ríe.

—Ya que están tan distraídos, ¿vamos al patio? —me pregunta Félix y asiento sonriente.

Nos alejamos del lío de la conversación y cuando no nos ve nadie, le agarro la mano.