Herencia Ricoy (R#10)

16. Guardo mis sentimientos

Félix

Sigo en la escuela, dejo la nota con mis sentimientos, cerca de la ventana en donde ella siempre se sienta a hacer sus bosquejos. Me arrepiento al instante cuando la veo acercarse. Corro y agarro el papel nervioso.

—¿Qué haces? —pregunta Tatiana confundida.

—Na... nada. —Oculto el papel detrás de mí y ella sonríe.

—Eres raro, pero me agradas. —Se gira para retirarse y la veo alejarse.

Suspiro.

—No, soy un cobarde.

Se da vuelta.

—¿Qué?

Me alarmo.

—Qué, que linda tarde —Río nervioso—, ¿no crees?

Ríe también pero más animada.

—¿Quieres ir a tomar algo?

—¡¿Eh?! ¡¿Qué?! Digo ¡Sí! Pero... —Giro la vista a un costado—. Creí que estarías con alguien ahora. Ese chico, por ejemplo.

—¿Con Elías? —pregunta tranquila como si no fuera nada pero ¡Hasta se acuerda el nombre y solo lo vio una vez!

—Pues sí. —Bajo la vista.

—Tengo su número. —Ríe—. Pero de ahí a estar todo el rato ¡Qué va! —Sonríe ampliamente—. Tú eres más divertido.

—¿Qué? Pero...

—Lo pensé mejor, me robó el celular y lo devolvió, pero eso no habla muy bien de él —explica y se acerca hasta mí—. ¿Celoso?

—¿Qué? Yo... Hace calor, ¿no crees? —Muevo la mano.

—Quizás. —Parpadea dos veces—. ¿Vamos?

—¿A dónde?

Ríe nuevamente.

—Ya te dije, a tomar algo.

—¡Ah, sí! —La sigo—. ¿Puedo ver tus dibujos? —Sonrío viendo la cantidad que tiene.

—En la exposición. —Me guiña.

—¡Eso es trampa, yo te ayudé!

—Nadie tiene trato especial. —Ríe otra vez y yo lo hago también.

Miro el papel con mis sentimientos y lo guardo en el bolsillo, mientras seguimos avanzando por el pasillo hacia la salida.