Herencia Ricoy (R#10)

83. Mírame un segundo

Patricio

Observo el cielo mientras siento el viento en mi cara, esto es tan relajante. Sentarse en el pasto de la plaza, siempre es revitalizante para mí. El ambiente silvestre y la naturaleza son perfectos.

—¡Patricio! —oigo que me llaman y se me acabó toda la relajación.

Giro mi vista y visualizo a Katerina, rebobino mi mente ¿Dijo Patricio? ¿Cuál es la trampa?

—¡Te encontré! —expresa sonriente y se sienta a mi lado.

—Acosadora —solo me limito a decir y vuelvo a observar el cielo.

—¿Puedes mirarme un segundo? —dice afligida.

—¿Qué? —Frunzo el ceño y la veo como pidió.

Primero divisa mi ojo marrón, luego el celeste, sus mejillas se tiñen de un tono levemente rojo y traga saliva antes de hablar.

—Quiero decirte algo, no me mires así ¿Por qué estás enojado?

Bufo.

—No estoy enfadado, solo interrumpiste mi tranquilidad. —Como siempre.

—Si te molesta que hable con Elías, no lo haré más.

—No digas estupideces, tienes que actuar por ti misma, no por los demás —aconsejo—. Hay cosas que son básicas.

Se acerca a mi rostro.

—Pues enséñame.

—¿Qué cosa? —Retrocedo.

Se ríe.

—Lo malpensaste.

—No es cierto. —Me sonrojo.

Se pone seria otra vez.

—Dame una oportunidad, probemos ¡Sal conmigo, por favor!

—Qué es esa actitud tan... ¿Diferente?

Frunce el ceño.

—Estaba siendo amable.

Me río.

—Te salió raro —opino.

Se sobresalta.

—¡No te burles y responde la pregunta! —exige alterada.

Sonrío.

—Vale.

Su cara se vuelve completamente roja.

—¿De verdad? —pregunta como niña pequeña.

—Eso dije.

Su boca se abre en grande.

—Me muero. —Luego reacciona y mueve su cabello haciéndose la diva—. Lo sabía. —Saca su celular sonriente y frunce el ceño—. No va bien.

—¿Qué cosa? —Ladeo la cabeza.

Levanta la vista preocupada.

—Taty me acaba de mandar mensaje, dice que hay un escándalo en el juzgado, no parecen buenas noticias como esperaba.