Herencia Ricoy (R#10)

21. Una sonrisa natural

Tatiana

Estoy tranquila en el aula, lo juro, no hice nada, y Katerina sin previo aviso, me tira gaseosa en el cabello. Me sobresalto cuando reacciono y levanto la vista al visualizar a Elías que también la moja a ella. Él acaba de... ¿Defenderme? Quizás lo había juzgado mal cuando me quitó el celular.

Luego de la clase, camino por el patio y lo busco para agradecerle. Me sorprendo cuando lo veo acostado sobre una pared.

—Es peligroso que estés ahí —le advierto.

—Peligroso es que me lo digas —aclara y se baja saltando.

Frunzo el ceño.

—Qué grosero.

Me sonríe.

—Lo siento. —Mira su celular y lo guarda pensativo—. Estaba... —Levanta la vista—. Con un asunto.

Ladeo la cabeza.

—¿Algún problema?

—Mi novia —se corrige—. Es decir, mi exnovia, la cual me acaba de mandar un mensaje y no sé qué responderle. —Parece preocupado.

—Pues... —Doy un paso adelante—. Respóndele lo que sientas.

Guarda el celular.

—No, Ari es complicada. —Suspira—. No lo entendería, ni aunque se lo explicara mil veces. —Fuerza una sonrisa—. Pero bien ¿Qué sucede? No creo que hayas venido para reprenderme por estar encima de una pared. —Ríe.

—¡Claro que no! —Río también—. Es que quería agradecerte. Digo, por lo de antes. —Bajo la vista.

—Ni lo menciones, detesto la injusticia, esa chica se pasó de la raya. Hay bromas y hay bromas pesadas. A mi parecer, esa no era nada inofensiva —aclara tranquilamente y se ve más alegre.

—Tranqui, lo soportaré. —Alzo la mano—. ¿Amigos?

—¿Por qué no? —La estrecha conmigo—. Será interesante. —Sonríe más ampliamente y esta vez parece más natural.