Herencia Ricoy (R#10)

75. Cortar la falda

Katerina

No puedo creer que la idea de mamá funcionara, esto es patético, pero extrañamente divertido. Miro el vestido y observo a Tatiana.

—No, este no. —Le alcanzo el que tengo en la mano—. Pruébate este.

—¡¡Pero ya me has hecho cambiar como siete veces!! —se queja.

—Cállate y obedece, yo soy la que elijo el vestuario para el concurso. —Cruzo mis piernas en el sillón de mi cuarto y sonrío alegremente—. Limítate a ser un poco bonita, no puedo tener una compañera fea, yo seré la estrella, tú no vas a deslumbrar, pero necesito que luzcas bien, aunque sin potencia ¿Me entiendes? —La observo de arriba abajo, me levanto y camino hasta ella—. Quizás podríamos cortar esta falda. —Toco la pollera.

—Pero eso ya está corto. —Hace puchero.

—Silencio. —Agarro una tijera—. Tú eres la que dijo que no quería cambiarse por octava vez, ahora te aguantas. —Me agacho a cortar.

—Como me estresas. —Suspira.

—Quédate quieta.

—¡Se me verán las panties! —chilla.

Sonrío con malicia.

—No es para tanto, pero si se te ven mejor, voy a jugar con la libido de Félix. —Me río.

—Eso es cruel y vergonzoso.

—Es la idea, y quédate quieta o te corto —amenazo.

—Ni que fueras asesina. —Rueda los ojos.

—Me arruinarás la falda ¡Cállate!

Hace un quejido, pero al final no se mueve y obedece en silencio. Termino los últimos retoques y me queda perfecta. Estoy observándola y sonrío alegre, luego vuelvo en mí y continúo con lo que quiero.

—Y ahora el cabello.

—¡Aléjate de mi pelo! —chilla.

—¡Regresa aquí! —grito cuando se va corriendo del cuarto.

—¡Amigo David, sálvame! —Baja las escaleras y se pone detrás de él, el cual se ríe—. ¡Ella quiere dejarme pelada! —se queja.

—¡No es verdad! —Me defiendo y miro que tengo la tijera aún en mi mano—. Juro que no la iba a usar para eso. —Me sonrojo y la escondo detrás.

—Vale, te creo. —Él sonríe—. ¿Quién quiere té? —Guarda los papeles con los que estaba y camina a la cocina a donde lo seguimos—. Mandé a comprar galletas.

Entonces merendamos juntos.