Herencia Ricoy (R#10)

60. "Vía de Escape"

Elías

Respiro en profundidad, y siento una mano en mi pectoral, así que abro los ojos.

—Aria...

—¡Te amo! —Me abraza por la espalda.

—¡Estaba durmiendo! —Me caigo de la cama.

—Ay, no seas malo. —Hace puchero y mueve los pies mientras sigue recostada en el colchón mirándome—. ¿Ya me quieres otra vez? —Sonríe ampliamente.

—¿Quién dice que no te quiero? Pero no se puede, déjalo ya. —Ruedo los ojos.

—¡Tuvimos sexo para nada! —sigue gritando como la bruta que es—. ¡No vale!

—Pero si estuvo muy rico. —Me relamo los labios y se sonroja.

—¡Qué vergüenza! —Se cubre la cara con la manta, entonces me río. Me levanto del suelo y me subo sobre ella—. ¡No hagas eso!

—¿Haces qué?

—Estás poniendo tu cara de sex symbol.

Río otra vez.

—¿Qué imaginación es esa?

—¡Basta, salte de encima! Si no me quieres, ¿para qué vamos a tener sexo?

—Que malpensada —opino.

—Y tú un pervertido imbécil sexy con un rostro forjado por los dioses ¡Te odio!

—Qué definición. —Sigo mirando como se cubre la cara—. ¿Sabes que he faltado a la escuela por tu culpa? Responsabilízate de tus actos. —Le quito la sábana.

—¡Ah, abusivo! —chilla.

Hago una carcajada.

—¿Cuándo? ¿Yo?

Infla los cachetes, teniendo la cara toda roja.

—Malo.

—¿Algo más a mi prontuario?

—¡No me dejes! —Me abraza.

—Me tengo que ir.

—¡No vayas a la escuela!

—Mis padres me matarán ¡Y tengo varios! —insisto.

—¡Muere por mí!

—Tampoco exageremos. —Me río.

—¡Te daré el sexo que quieras!

—Eso es demasiado.

—¡No te vayas! —Me agarra con sus piernas también.

—Deja de asesinarme, yo debo irme.

—¿Arianna? —Oímos a su padre del otro lado de la puerta del cuarto en donde nos encontramos.

Mala suerte, el tipo nunca está y raro hoy aparece. Vía de escape ¡La ventana!