Herencia Ricoy (R#10)

11. Escapar del destino

Katerina

Estoy en el ascensor de Deluxe poniéndome nerviosa y termino por arrepentirme. Preferiría ir a la escuela, así que grito y me arrodillo, agarrándome de las piernas de mi papá.

—Papi ¡¿Por qué?! —chillo—. ¡No lo hagas! —Aumento la voz—. ¡Te daré mi herencia, pero no le digas a mamá! —Me pongo melodramática—. ¡Destino! ¡¿Por qué me haces esto?!

—Deja de lloriquear, Katty. —Se abre la puerta del ascensor—. No me escuchas a mí, escucharás a tu madre.

—¡No iré al infierno, quiero el paraíso! —me quejo cuando avanza y lo tengo que seguir, sin quedarme otra opción. Entonces visualizo a mi hermanito con una pistola de agua—. Si él está aquí... —me quedo pensando.

—Buen día —papá saluda a la recepcionista—. ¿Está Crista?

—¡Te mataré! —dice Evan apuntándome con su juguete.

—Eh, mocoso, no me apuntes con eso. —Lo miro mal pero este no se asusta como la tonta de Priscila y hasta me moja presionando el botón de su pistolita—. ¡Basta! —Intento quitárselo y lo persigo como niña pequeña—. ¡Dame eso!

—¡No entren ahí! —grita papá pero ya es demasiado tarde.

—Les falta ropa ¿Se van a bañar? —opina el ingenuo de mi hermano menor, quien ve a mamá y al amigo David en una situación algo particular—. ¿Me puedo bañar con ustedes?

El marido se sube el cierre del pantalón y sonríe.

—Otro día.

Mamá se cierra el botón del escote y baja del escritorio acomodándose la ropa.

—Se toca la puerta, ¿saben?

—Sí, me he portado muy mal, así que me voy. —Señalo hacia atrás—. Adiós. —Me giro y visualizo a mi padre llegar—. Huy.

—¿A dónde crees que vas? —dice él frunciendo el ceño.

Sonrío.

—A ningún lado.

Quizás pueda tirarme por la ventana y escapar antes de oír lo peor. Necesito un plan ¡Y ya!