73. Concurso y exposición

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Félix

Los días han estado pasando, no puedo creer que Taty y Katty estén trabajando juntas. Hasta supe que Katerina le pidió disculpas a Tatiana, me hubiera gustado verlo. Conociendo como es Katty seguro le habrá dado vergüenza por su orgullo, pero sabía que tenía buen corazón, también puedo imaginar lo emocionada que se habrá puesto Taty al escuchar esa disculpa. Al fin son amigas. Pareciera que todo va para mejor, la idea de la tía Crista ha sido muy buena, un éxito.

Me quedo embobado mirando a Tatiana desde la puerta de la sala de arte, observo como pinta su nuevo dibujo. Me contó que será su obra maestra para la exposición, hasta ha recibido consejos de Katerina que supuestamente le dijo a su manera, que era muy repetitiva y que podía cambiar eso.

La morocha se percata de mi presencia y levanta la vista.

—Hola, Félix. —Sonríe—. ¿Hace cuánto estás ahí?

—Un... ¿Rato? —Me sonrojo.

Hace bastante. No le he quitado la mirada de encima, qué acosador.

Camino hasta ella y miro el dibujo, sonrío.

—Es muy bonito —opino.

—Gracias.

Giro mi vista y agrego.

—Como tú.

Sus mejillas se ruborizan.

—Gracias —repite tímida.

Yo me la como ¡Cállate!

—¿Cuánto falta para el concurso y la exposición? —Cambio de tema para dejar de pelear con mi libido y el calor que estoy sintiendo justo ahora.

—El concurso es primero, faltan pocos días, la exposición tardará un poco más —explica.

—Esa exposición se hace de rogar. —Me río—. ¿Hace cuánto venimos hablando de esta?

Sonríe.

—Mucho. —Se levanta de donde está sentada y cubre el cuadro que estaba pintando—. Lo terminaré pronto. —Lo agarra y lo lleva para guardar en el mueble con llave—. Ya podemos irnos, me estabas esperando, ¿verdad? —Ladea la cabeza.

—Algo así.

También te estaba observando.

Camino a su lado saliendo del aula y paso mi brazo por su cintura, agarrándola.

—Taty —digo en tono bajo acercándome a su rostro.

Su celular suena.

—¿Hola? —Atiende.

¿Ni un beso le puedes robar? Eres una vergüenza para nuestras partes íntimas.

Maldito libido que no se calla. Ahora voy a demostrarle quién es el que puede acotar algo aquí. Con mi mano agarro y giro el rostro de Taty, que habla por teléfono, entonces sin previo aviso uno mis labios con los de ella, a lo cual me corresponde dejando sin contestar, a la persona que está del otro lado de la línea. 

Herencia Ricoy (R#10)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora