Herencia Ricoy (R#10)

56. Consejero matrimonial

Félix

Voy donde mi amigo, ya que lo visualizo caminando por el pasillo de la escuela y este se detiene, así que cuando me ve agitado por correr se ríe.

—¿Haciendo ejercicio desde la mañana? No te preocupes, no llegas tarde —me aclara señalando el aula—. El profesor todavía no vino.

—¿Te burlas de mí? ¡Pues hoy no lograrás enfadarme, porque estoy muy feliz, quería contarte! —exclamo animado.

Levanta una ceja.

—¿Cuándo me he burlado de ti? ¿Los Ricoy piensan que todo es broma o algo así? No importa, olvídalo, cuenta ya. —Sonríe cuando dice lo último.

Me sonrojo por estar acalorado y bajo la vista feliz.

—Taty y yo...

—Ya era hora, hombre. —Me da dos palmadas en el hombro.

—Sí, pero ahora tengo otros problemas. —Levanto la vista.

Se ríe.

—Esa libido, al menos te controlas. —Me da otras dos palmadas.

—¡Yo estoy que exploto! —Me revuelvo el cabello.

—No explotes, no es como si no hubieras tenido novias antes.

—Es... es diferente, más ahora.

—Sí, el gen Ricoy activado, ya entendí, ya me contaste. —Vuelve a reír—. No sufras.

—¡Aparte! Pero... pero es Taty.

—Te encuentras enamorado, lo entiendo, y estoy seguro que sabrás que todo va por etapas, a menos que Tatiana quiera quemarlas, pero eso solo lo pueden descubrir ustedes. —Se queda pensativo—. Me sentí como un consejero matrimonial ¡Ya cásense, mi primer cliente, yuju! —bromea.

Me río.

—Estás loco.

—Sí, pero antes de que la chica pervertida me persiga, huiré por esta puerta. —Señala el pasillo.

—¿Eh? —Miro hacia atrás y volteo a ver a Katerina—. Hola. —Sonrío y giro mi vista.

Patricio ya no está, se fue. Ah, okey, ya entendí todo.