6. Roto.

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Al despertarme necesito un momento para recordar los acontecimientos de la noche anterior por amanecer con tan terrible dolor de cabeza. Fui una completa estúpida por ponerme como me puse, pero es que Eiden se comportó como un completo Idiota, y no lo saco de mi jodida cabeza.

Me pongo rápidamente los zapatos, me dirijo a mi baño, hago lo que tengo que hacer. Y salgo de mi habitación, pasé por frente la habitación de Anastasia que estaba hablando por el celular, me saludó con las manos y me sonrió, hice lo mismo con ella. Seguí caminando y me encontré con Isabella y Darío dándose unos besos, afuera de la puerta de su cuarto.

Darío se acomoda la corbata y me saluda con las manos antes de marcharse.

— ¿Me contaras porque llorabas anoche? —pregunto Isabella con una mirada de que sabía que no podía mentirle, se recostó del marco de la puerta, se cruzó de brazo y seguía esperando una respuesta.

Pero no quería decirle a mi hermana que lloraba porque el imbécil de Eiden me volvió a faltar el respeto.

—Tonterías. Me acordé de Eric. —Miento y ella lo sabía.

—Superaste la muerte de Eric hace un tiempo, Alessia. A mí no me engañas.

Suspiré.

—Por un segundo creí que Jace te había hecho algo y tuve una fuerte discusión con ese bueno para nada en cuanto te fuiste. —Continúa. — luego resulta que Jace solo trataba de ayudarte y me tuve que disculpar. Eiden se nos acerca y se dio de cuenta que discutía con Jace y nos pregunto, y tuve que decirle que te fuiste a llorar al baño. Luego Luciano se me acerca también y me pregunta por ti, y ya todo parece una historia de terror llamada Alessia. ¿Qué está pasando? Soy tu hermana ¿Por qué no me cuentas?

Me daba vergüenza contarle.

—Isa...

—Isa, nada. —Replicó. — ¿Por qué Eiden golpeó a Luciano? Ellos no se habían peleado hasta que llegaste tú.

— ¿Me estás culpando a mí? —Me sentí ofendida.

—Claro que no. —dijo con un hilo voz. — No te estoy culpando de nada. Necesito una explicación si seguirás saliendo con nosotras, sabes que Eiden es mi amigo y él siempre va estar.

— ¿Y qué? ¿Lo prefieres a él que a mí?

Hizo una mueca y cerró los ojos como si mi voz la irritara. Me miró de nuevo.

— ¿Quién te hizo llorar? —pregunta de nuevo pero esta vez exigiendo una respuesta.

Estaba a punto de decirle la verdad, que Eiden dijo unas palabras que me ofendieron pero, la voz de Pandora nos interrumpió.

—Discúlpenme si interrumpo es que el joven Safrorcik está en la sala.

¿Luciano está aquí? Pasé por el lado de Pandora y caminé rápidamente a la sala de estar. Miré a Luciano intercambiando palabras con mi padre con unas sonrisa en sus caras, tengo el temor de que se vaya de boca y le cuente que Eiden un chico común y corriente lo golpeó, y lo peor que dijera que estaba acorralándome.

—Luciano... —Dije apenas acercándome, él se aproximo a mí y me posó un beso en la mejilla.

—Estaba hablando justo con tu padre, para pedirle oficialmente que me dejé salir con su hija.

¡¿QUÉ, QUÉ?!

—Y tiene todo mi permiso. —repuso mi papá muy contento. —Le he dicho a mis hijos que tú eres el tipo de personas con el que deben involucrarse.

Bajo el mismo cielo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora