15. Juntos.

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A veces odio el alcohol. Pero en momento como estos lo necesitaba. Mi mamá y mi abuela estaban irritándome, no dejaban de regañarnos cada vez que nos movíamos. Acaban de tomarme las medidas para mi vestido de dama de honor, ahora era el turno de Anastasia y Laura. Me serví más whisky en la mitad del vaso y me lo tragué en seco, ni siquiera hice una mueca cuando lo caliente raspa mi garganta.

Isabella termina por ponerse el vestido de novia y se veía... deslumbrante. Estaba hermosa. Mi mamá empezó a llorar cuando la vio.

— ¡Oh, santo dios! ¡Serás la novia más hermosa del planeta! —Chilla mi mamá acercándose. Posa dos besos en la mejilla de Isa, y la coge de la mano. — Te ves hermosa, mi amor.

Isabella le muestra una sonrisa amable.

—De verdad luces fantástica, Isa. —Anastasia le sonríe, pero hace una mueca cuando la diseñadora del vestido la pincho con una aguja sin querer. — ¡Ay!

—Lo siento. —Se disculpa la mujer.

—Qué bueno que Darío estuvo de acuerdo en que la boda sea para Diciembre. —Dice mi abuela sonriente. — La verdad es que la mayoría de las bodas se celebran en Diciembre, ¿tu qué piensas, Alessia? Estás muy callada.

Me levanté del sofá. — Yo pienso que debo ir a tomar aire. Con permiso.


EIDEN

Estaba en la oficina del Señor Alonzo anotando cada notificación que llegaba a su correo, al parecer la droga que pasé de la caja a un estuche de CD la trasladaron a México y se está vendiendo muy bien, cada notificación es una venta. Anoto con mucha concentración en la agenda todo lo que llega, no puedo dejar pasar un correo nuevo. La Familia Moretti y Safrorcik hacen mucho dinero con todo esto. Y para mi suerte ellos están en un viaje "De negocios" y me encontraba solo en esta oficina y tuve la oportunidad de revisar algunas cosas pero el tipo no es loco, todo lo que hace lo guarda en su computador con contraseñas y se me hacía difícil.

La puerta se abrió y supuse que es Chanel, su asistente más importante ya que me dejó bajo su vigilancia. Así que disimule estar concentrado en la agenda.

—Guau, hasta los Lunes estás en mi casa. —Se me erizó la piel cuando escuche esa voz. Joder, Alessia me tiene controlado. Pero no la miré.

—De verdad estás dispuesto a no ser mi amigo nunca. —continúa cerrando la puerta y caminando hasta el escritorio. — Eres un chico de palabra, y eso es bueno. Pero también malo, creí que seriamos buenos amigos. Lo éramos ¿no?

Por fin decidí mirarla. — ¿Me estás manipulando?

— ¿Qué? —ríe. — Claro que no, ¿Por qué eres tan arrogante?

Me levanté de la silla y rodeé la mesa sin apartar la vista de sus ojos. ¿A que está jugando? Anoche presumía ser la mujer más feliz del mundo y lo mucho que está enamorada y, hoy viene me interrumpe mi trabajo para manipularme y llamarme arrogante.

—Aquí la única arrogante eres tú. —respondo de forma abrupta. Está chica me trae loco, pero su cambios de humor me sacan de quicio.

Traga saliva. — Entonces, ¿Estás con Casey?

—Y si es así, ¿Qué? —No quería hablarle de esta manera pero siento que se lo merece. Primero me besa aquel día y cuando creí tener una oportunidad con ella, la veo en una cita con Luciano. Joder, eso no va conmigo.

—Yo jamás te pedí tener una relación.

—Entonces, ¿Por qué mierda...? —Casi grité, suelto todo el aire de mis pulmones y me repongo. Agacho la cabeza, no podía mirarla a los ojos o estallaría. —Entonces, ¿Por qué dijiste que me deseas?

Bajo el mismo cielo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora