ISABELLA
Llegar a Italia es llegar a nuestra respectiva vida, nuestro mundo, pero más que eso... nuestro infierno. Es cómo un suicidio.
—Creí que no vendrías. —me dijo Evan cuando me vio. Quedamos en vernos en el sigma.
Nos escapamos, mientras todos estaban en la mansión de Valerio. Evan y yo quisimos salir y disfrutar del ambiente de nuestro lugar. En el que no tienes que sacar una maldita identificación para que puedan traerte un buen trago de tequila. Aunque a los chicos y mucho menos a mi madre le gusto que saliéramos, no le hicimos caso.
Unos segundos después un chico llega.
—Cortesía de la casa. —dijo el chico entregándome un Martini.
— ¿Quién lo manda? —pregunté.
—El Diablo. —dijo y señaló a alguien detrás de mí, reí. Evan se vuelve, me mira sonriente y niega con la cabeza.
—Lléveselo, y dígale. —Reí mirando al imbécil — ¿Qué porque no me lo trae el mismo? —el joven asintió, vi como se lo llevo y el imbécil me miró con una sonrisa, se levantó de la mesa tirando a la chica que estaba en su regazo al suelo, ella se levantó corriendo y se fue.
—Oh, oh, ahí viene. —me dijo Evan riendo.
—Lo conozco, le dicen el diablo, uno de los que traficaba con mi papá, —negué con la cabeza y suspiré, cuando llamé papá a Alonzo. — Alonzo lo despidió por ser un traidor, es otro buscado por él.
—Sé quién es.
—Tenga. —me dijo el diablo entregándome el Martini, reí y lo acepté.
— ¿Y entonces? —dije tomándolo.
—La hija de Alonzo Moretti está bien grandecita, ¿no? cuando te conocí tenias quince años y ahora mírate toda una mujer. ¿Cuál es tu edad?
Le eche una mirada a Evan de "que fastidio" y él la captó.
—Amigo, ¿puedes largarte, cabrón? —le dijo Evan de buena manera. — La chica no quiere nada contigo.
El diablo me mira y yo le volteo los ojos. — Entonces, ¿Por qué aceptas mi trago si no vas a dejar que te folle esta noche?
Evan se puse en pie y lo empujó.
— Lárgate, cabrón, en serio.
El diablo me mira con odio y se da por vencido dándonos la espalda.
Evan vuelve a tomar asiento y me mira, riéndose. — Siempre es lo mismo que salgo contigo a solas, tengo que estar cuidando a la chica de Jace.
—El Martini está muy caro para desperdiciarlo, ¿o no? —Se lo entrego a Evan y él toma un sorbo.
—Así serán nuestras salidas de ahora y en adelante. Tú coqueteas con los tíos y yo me quedo sentado esperando los tragos caros.
Le pego en el hombro. — Nah.
Evan y yo pasamos horas y horas charlando, bailando, cantando y riéndonos de todo el que pasaba. Me la estaba pasando de maravilla, Evan es un buen compañero de fiesta, no como la aburrida de Aurora y Alessia. Después que estaba borracha, Evan se quedo consolándome cuando empecé a llorar por Matteo. Típico de mí. Hasta que me calmé y nos fuimos a bailar de nuevo.
Cuando regresamos a la barra, cojo mi celular y veo que tenía ocho mensajes de Aurora, nueve de Jace, cinco de Alessia y seis de Eiden. Y el resto estaba lleno por llamadas perdida de mi madre, le escribí a mi mamá y le dije que estoy perfectamente bien que no se altere.
ESTÁS LEYENDO
Bajo el mismo cielo.
RomanceAlessia Moretti es una joven de diecinueve años de la alta sociedad viviendo bajo las reglas de su familia. La muerte de su novio Eric y luego cuatro meses después la muerte de su hermano causó mucho dolor en su vida. Ya año después dice haberlo su...