EXTRA

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ALESSIA


— ¡Alessia! —Gritaron, mi mamá, Natalia y Aurora al unísono. Apenas y despertaba y ellas comenzaban de nuevo sus gritos con estos dos días no me dejaron descansar en lo absoluto.

Entre elegir el vestido, los anillos, el color del vestidos de las damas de honor, los vinos, y un sin fin de detalles estaba reconsiderando no haber aceptado la despedida de soltera que me organizó Isabella anoche. Aunque no me quejo, estuvo ¡FAN-TÁS-TI-CO! Llegué al hotel con mis damas de honor casi gateando de la borrachera.

Salí rápidamente de mi habitación y corrí hacia la planta baja con mi nuevo perro siguiéndome los pasos. Al llegar vi a mi madre con una caja blanca en sus manos y a Natalia y Aurora con una sonrisa enorme en sus labios que me fue contagiosa.

— ¿Es mi vestido? —las tres asintieron—. Déjenme verlo —pedí ansiosa, cogiendo la caja, preparada para abrirla.

— ¿Qué es eso? —preguntó Eiden entrando a la sala con Valerio y Theo detrás de él.

—El vestido de novia de Alessia —respondió Natalia.

Él me miró y una sonrisa se extendió por su rostro, sus ojos azules brillaron hermosamente y ansioso se acercó, dispuesto a ver el vestido de novia.

— ¿Puedo verlo? —preguntó sujetando la caja, pero justo en ese momento Aurora se atravesó como si estuviese protegiendo una joya real, de un ladrón.

— ¡No! ¿¡Acaso estás loco!? —Lo reprendió mirándolo mal.

—No es de mala suerte ver el vestido de la novia sin que lo tenga puesto. —Replicó Eiden poniendo los ojos en blanco.

—No correré riesgos, quiero que te cases, quiero que ambos se casen ¿Sabes cuánto tiempo he esperado para este día? quiero celebrar esta boda, y ni tú ni tu curiosidad van a impedirlo, así que largo —solté una carcajada siendo seguida por los demás. Era sumamente gracioso ver a Aurora enfrentar a Eiden mientras éste la miraba disimulando una risa.

—Bien, demonio —dijo dando la vuelta, negando con la cabeza mientras Valerio le decía algo entre dientes.

Mi mamá besó rápidamente a Valerio y me tomó de la mano y me hizo subir. Las cuatros corrimos con prisa entre risas y con mi perrito en medio de nosotras, debo decir que no me dejaban sola, mucho menos cuando la boda es mañana.

Entramos a la habitación y Natalia puso el pestillo a la puerta. Dejé la caja sobre la cama y todas dando pequeños saltitos en sus lugares me pidieron sin palabras que la abriera.

Emocionada las obedecí. Quité la tapa que cubría la caja y descubrí un hermoso vestido de novia, era más precioso que en los catálogos.

Deslicé mis dedos por la suave tela y luego con cuidado lo saqué.

—Es perfecto —dije colocándolo por encima de mi cuerpo, fantaseando con el momento en el que Eiden me viera con él.

—Anda, ve y pruébatelo —me aconsejó Aurora.

Asentí y fui hacia el baño casi corriendo. Coloqué el vestido con cuidado sobre el sillón y me desnudé de prisa, necesitaba ver como lucía dentro de él.

Al terminar deslicé el vestido sobre mi cuerpo con mucha facilidad. La tela era muy suave y se adhería perfectamente a mi cuerpo, llenando cada centímetro de él a la perfección, como si de verdad estuviera hecho especialmente para mí.

El vestido era sin tirantes y en corte princesa con mucha pedrería en el corsé. Ese tipo de modelos no me gustaba demasiado, sin embargo, quedé fascinada al verlo en los catálogos que mi futura suegra me mostró. Tenía un fino encaje con diseños preciosos, simplemente exquisito.

Bajo el mismo cielo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora