Me levanté de mala gana al escuchar la alarma de mi teléfono sonar. Me salí de la cama y justo ahí me llegó un mensaje
Llámame urgente.
Era Anastasia. Seguro era para otra medicina, busco su número en mi agenda y llamo. Pero me llevo a buzón de voz, así que vuelvo a marcar y me vuelve a llevar al buzón de voz. Le dejé un mensaje de que cogiera el bendito teléfono y me respondió a los cinco minutos diciendo que la vuelva a llamar. Marco su número una vez más y a tercera repicada me responde.
—Dime. —digo un poco irritada.
—Pega un brinco al techo, Isabella acaba de despertar. —Escuchó que ríe de la felicidad y siento muchas sensaciones en mi cuerpo. Sensaciones que no puedo describir, pero que son maravillosas.
—Por favor, dime que no es una maldita broma.
—Joder, jamás bromearía con algo así. —Ríe. — No te había respondido porque ahora mismo la estaba llevando a hacer terapia, le hicieron unos exámenes y salió perfectamente bien. No puede hablar mucho, pero si se le entiende.
Sonreí. — Por Dios. Juro que no puedo creerlo, decían que no tenía remedio, que nunca iba a despertar y ahora mira. ¡Joder! Gracias al cielo.
Admito que mi esperanza a que despertará se había acabado. Y todos lo sabían.
—Iré a verla ahora mismo, jamás había tenido tanta ansia de mirar su bendito ojos azules. —digo, pasando los dedos por mi cabello. El corazón me bombardeaba a toda velocidad.
—Está bien. Nos vemos, te amo. —colgó.
Me ducho y me visto con suma rapidez, las inmensas ganas que tenia de ver a Isabella era increíble. Esquivo a todos en la mansión que al parecer no sabían nada de la noticia y yo voy muy apurada como para contárselo. Cojo las llaves de mi bolso y con la compañía de Aurora y Natalia conduje hasta el hospital. Esperamos una hora hasta que a los vigilantes les diera la gana de que entráramos. Jace sale y nos dice que ya dieron la orden de que ya podemos entrar. Por suerte las tres juntas.
Le miro los ojos a Isabella, y sentí unas irremediables ganas de llorar que no sé cómo pude contenerme. Isabella nos ofreció una sonrisa débil que le devolvimos más amplia. Pero no habló mucho. La doctora Ferretti dice que debemos darle tiempo a que día tras día vaya mejorando. Dice que como solo paso un mes en ese estado, va recuperarse muy rápido.
Eso espero.
Volví a la mansión y esta vez más feliz que nunca porque Isabella aún respirada.
EIDEN
— ¡SÍÍÍÍÍ! ¡SÍÍÍÍ! —Theo vuelve gritando como si estuviera loco y todos le miran confundidos. Incluido yo—. ¡SÍÍÍÍÍÍ, JODERRR! ¡JODER, JODER, JODER! ¡Isabella Despertó!
Mis ojos se abren y mi pecho comienza a temblar. No lo puedo creer. Lo ha conseguido.
Sí, nena, lo lograste. Sonreí.
—Ya he dicho antes, hierba mala nunca muere. —Bromeé. Y saqué mi móvil para enviarle un mensaje a Alessia. Supongo que ya lo sabe, así que quiero saber cómo se siente. O bueno, sé que se debe sentir de maravilla, esto es solo una excusa para escribirle.
—Hey, amigo, ve a ver a Alessia. —Me susurra Theo.
—Ya le escribí, debe estar en el hospital.
—No seas inútil, ya llegó. —Ríe.
Lo empujé entre risa y subí los escalones de dos en dos. Corrí por el pasillo hasta llegar a la puerta de su cuarto. Cogí aire, antes de tocar a su puerta. No quiero que me eche. Al ver que no responde, vuelvo a tocar esta vez un poco más fuerte.
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Bajo el mismo cielo.
RomanceAlessia Moretti es una joven de diecinueve años de la alta sociedad viviendo bajo las reglas de su familia. La muerte de su novio Eric y luego cuatro meses después la muerte de su hermano causó mucho dolor en su vida. Ya año después dice haberlo su...