6. Corazones.

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Al abrir mis ojos lo primero que miré fue el techo blanco de mi habitación

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Al abrir mis ojos lo primero que miré fue el techo blanco de mi habitación. Me quedé acostado en la cama agarrando mis sábanas para cubrirme.
Cerrando los ojos una vez más empecé a mover mis pies. Parecía como si aún estuviera en la playa acostado en la suave arena.
Quizá y si cerraba nuevamente mis ojos podría volver a escuchar el sonido de las olas del mar. Quizá.
Me senté en la cama restregando mi rostro para no caer dormido y sentí un extraño peso en mi cama. Al retirar las sábanas encuentro algo que me sorprende.

—No puede ser.

La espada azul que mantenía agarrada en mis sueños se encontraba ahí. Por alguna extraña razón lucía mucho más apagada de lo que se veía en mis sueños.

《Quizá estés alucinando y la espada ni siquiera este ahí.》

Sabía que eso era mentira. Realmente la espada había salido de mis sueños, convirtiendo todo esto en algo más extraño. Me levanté de la cama y al momento de hacerlo un estallido de luz proveniente de la espada me hizo retroceder y caer.

Tomé una vez más de la espada sintiéndome poco a poco cansado. De alguna extraña forma la espada estaba absorbiendo mi energía. Por un instante sentí la necesidad de arrojar la espada pero sabía que eso no era lo correcto, tenía que dejar que la espada me absorbiera.

Al cabo de unos minutos mi espada aún seguía sujeta a mí pero yo no podía ni siquiera respirar. A duras penas y resistía el dolor que sentía. Sentía como cuando me quemaba un dedo por culpa de la plancha cuando estaba muy caliente. Solo que sentía eso por todo el cuerpo. No quería gritar ni llorar por lo que aplastaba con mi boca una almohada para ahogar mis gritos.

—¿Estás bien?

La voz de mi madre hizo que algo sucediera. Dejé de sentir aquel ardor y continuamente un gran haz de luz azul salió volando de mi pecho cubriendo toda la habitación.

—Estoy... bien —logré pronunciar a duras penas.

Me di cuenta de que no me creyó pero por lo menos no dijo nada más y se fue. Después de lo sucedido ayer no creía que tuvieran ganas de hablarme tanto.

Al ver la espada ya no lo sentía como si fuera algo material. Sentía una extraña sensación, como si estuviera viva. Como si fuera parte de mí. Prácticamente me había debilitado para darle fuerzas a la energía, había compartido mi fuerza para crear un vínculo.

Después de colocar mi uniforme sobre mi cuerpo supe que hacer con mi espada. Tenía que llevarla de alguna forma y ya había descubierto cual era.

Agarré de la empuñador de la espada y empecé a girarla, primero hacia la derecha y luego hacia la izquierda. Para finalizar aplasté el pomo de la espada y esta tomó el tamaño del dije de una espada. No sería un problema que regresara a su tamaño original, solo debía nombrarla.

Crys.

Pensé en el diminutivo de Crystal que en latín significaba cristal. Según Daemon la espada se encontraba hecha de ese material por lo que llamarla así se me hizo adecuado.

El Mundo de los Sueños.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora