Todo el lugar lucía bastante terrorífico después de observarlo bien. Una extraña sensación recorrió mi cuerpo. No tenía idea de cuánto tiempo había pasado desde que estaba sentado en el frío suelo viendo todo a mí alrededor.
Leroy se quedó atrapado con la Reina de la naturaleza y en estos momentos no podía hacer nada.
Golpeé mi rostro al haber creído que aquella reina nos ayudaría. No debí confiar en ella, sabía que no había algo bueno en ella.
《Carajo. Ni siquiera sé donde estoy.》
Busqué dentro de mi mochila encontrando el pergamino que Rachel me dio. Abrí el mapa de golpe y al instante apareció una luz dorada indicándome que estaba cerca de un Reino.
Teblas.
Al menos, cumplió acerca de su trato.
Seguía sin entender como pude dejar que nos engañara.
Me levanté del suelo y tomé mis cosas listo para emprender el viaje una vez más. Sólo que esta vez no estaría nadie a mi lado. En mis dos semanas siempre estuve acompañado.
Esta vez estaría sólo.
Limpié los restos de tierra de mi ropa y miré para donde dirigirme. Cuando caminaba junto con el mapa me indicaba donde estaba parado y por lo menos así no habría forma de perderme.
Guardé el mapa y tomé el último bocado de agua que sobraba en mi botella. La tiré sobre el suelo.
Existe un gran silencio alrededor de todo el lugar. Un silencio que me aterraba en cierto sentido.
Caminaba más rápido.
La neblina cada vez se volvía más densa de lo normal. A diferencia de Lignes, esta neblina era echa por la naturaleza y no por ninguna maldición.
El camino era de tierra y en muchas partes se encontraban grandes rocas plateadas. Empecé a mirar una que otra cruz colocada en el suelo.
Ignoraba eso.
Seguí caminando, los vientos del lugar cada vez azotaban más fuerte haciéndome morir de frío.
En el camino aparecía uno que otro árbol pero de ahí, no vi nada más vida. Todo era un silencio muerto.
Como extrañaba mi celular en esos momentos, para disimular el dolor lo tomaría y pondría una canción haciendo que mis oídos explotaran o algo por el estilo.
Extrañaba la Tierra. Extrañaba despertar e ir al colegio, cosa que nunca creí que extrañaría. Extrañaba las salidas a comer con Martín. Extrañaba las largas conversas y las pijamadas con Rosie.
Incluso extrañaba a la desgraciada de Luciana. Que por cierto, a esa chica le sucedía algo muy extraño.
También, aunque no debería, extrañaba a Cale quien me engañó por una semana diciendo que era un chico llamado Alec.
Después de haber huido aquel día nunca supe lo que pasó. Durante mi estancia en Stircal pensaba en él casi siempre. Pero luego de mi pelea con Connor empezaron a ocurrir incluso más problemas en mi vida que bloquearon a Cale de mi mente.
Y también extrañaba a Daemon. A pesar de que sólo lo veía durante algunos momentos cuando estaba junto a él era algo divertido. Aunque para ser sincero desde que lo vi comenzaron a ocurrir tantas locuras en mi vida.
Prácticamente, según yo, Daemon fue quien cambió mi vida. Él me introdujó dentro de todo esto. Desde la primera vez que lo vi, mi vida cambió de golpe.
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El Mundo de los Sueños.
FantasyPara Ricardo Ross la vida no le ha parecido fácil. Después de la muerte de su hermana sintió como su estabilidad mental desapareció justo como todos sus amigos y personas que lo rodeaban. Él únicamente quería mantener una vida normal pero sus deseos...