Empecé a empujar el cristal con ambas manos esperando que se rompiera pero luego de un tiempo me di cuenta que mis manos no iban a poder hacerlo.
Desesperado, golpeé con mi hombro el cristal sin importar el dolor que este empezara a provocar en mí.
Daemon gritaba exigiendo que me detuviera pero a pesar de eso continúe hasta que finalmente el cristal terminó rompiéndose.
Comencé a jalar de la tumba hacia afuera.
Daemon tratana de detenerme pero yo lancé una bola de fuego contra él haciendo que cayera al suelo.
Tenía que saber si era ella realmente. Tenía que saberlo.
Seguí jalando la tumba y otra vez Daemon se acercó pero en vez de detenerme, trataba de ayudarme.
Cerré mi mano y limpie con mi muñeca mis lágrimas. Con la ayuda de Daemon agarré de la tumba y la bajamos con el máximo cuidado posible.
Esta se encontraba cerrada con un candado gris. Al instante agarré de mi espada y comencé a golpear hasta que este finalmente cayera.
—Algo no anda bien.
No hice caso a lo que Daemon decía porque estaba demasiado ocupado tratando de levantar la tapa del ataúd.
—No, Rick espera...
Jalé con todas mis fuerzas y un rayo de luz verde salióbde la tumba empujándome fuertemente hacia atrás.
Daemon también salió impulsado hacia atrás golpeando su espalda contra la pared.
Por suerte yo sólo caí al suelo de golpe. Me levanté corriendo sin importarme Daemon y me acerqué a la tumba ya abierta.
Y fue cuando vi algo que quería que no fuera cierto.
Mi hermana se encontraba dentro.
A pesar de que ya había pasado un año y medio desde su muerte su cuerpo aún seguía bien. Como si solo estuviera dormida.
—¿Hermana?
Toqué su fría mano y fue cuando colapsé.
Su cabello de color rubio lucía igual de resplandeciente que otros días. En este se encontrba colocada una corona de violetas, sus flores favoritas.
Su ropa era la misma con la que se despidió de nosotros aquel día. Además que cargaba en su mano una espada de color azul.
Me arrodillé y empecé a llorar.
No era posible.
Como pude ser tan ingenuo y no darme cuenta de eso. Era algo casi obvio.
Mi hermana siempre tuvo una segunda vida que me hubiese gustado descubrir de que se trataba, pero que cuando lo hice prefería mejor estar en la ignorancia.
Mi hermana formó parte de esto.
Me lancé sobre mi hermana y empiezo a abrazarla. Ella seguía oliendo al típico perfume que cuando salía de fiestas.
Daemon a mi lado se arrodilló y me agarró. Yo lo único que logré hacer fue arrimarme a él y empezar a llorar como nunca.
《¿Por qué mi hermana nunca me contó nada de esto?》
Daemon acarició mi espalda con suavidad pero a pesar de eso yo no podía tranquilizarme.
Tantas veces imaginé que volvía a ver a mi hermana una vez más. Pero no de esta forma. No muerta.
***
Miré al cielo. Aún seguía oscuro, las gotas de lluvia incluso se habían hecho más grandes.
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El Mundo de los Sueños.
FantasyPara Ricardo Ross la vida no le ha parecido fácil. Después de la muerte de su hermana sintió como su estabilidad mental desapareció justo como todos sus amigos y personas que lo rodeaban. Él únicamente quería mantener una vida normal pero sus deseos...