10. Confundido.

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Daemon desapareció de mi memoria después de eso

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Daemon desapareció de mi memoria después de eso.

Esperaba con ansias verlo una vez más pero desapareció de mi mente durante toda mi estancia dormido.

Al despertarme levanté mi cabeza y con los ojos ya abiertos vi lo que se encontraba a mí alrededor. Sentí mis manos atadas con una cuerda a las barandillas de algo.

Me moví algo conmocionado ante la forma en la que me encontraba. Miré hacia arriba para ver como las cuerdas se sujetaban a dos varillas de metal del techo de algún lugar.

《¿Dónde estoy?》

Me di cuenta que la habitación oscura en la que estaba se encontraba llena de agua. Si no hubiese estado amarrado posiblemente me hubiera ahogado.

Jalé fuertemente mi mano desatándome del nudo de la cuerda sin ninguna dificultad. Tanto yo como mi ropa nos encontrábamos mojados.

Pude reconocer mi espada al instante tirada en la esquina de la habitación. Todo lo que sucedía era confuso.

《¿De qué forma había llegado hasta aquí?》

—¿Hay alguien ahí dentro? —la voz de un hombre en el otro lado del habitación sonó con fuerza.

En mi mente pasó que si veía la espada posiblemente algo malo sucedería, no quería eso. Liberé mi segundo mano del agarré y me hundí dentro del almacén.

Nadé tan rápido como pude hasta llegar a mi espada. Esta se iluminaba con fuerza mientras más me acercaba. Al tomarla entre ambas manos me sentí más fuerte que momentos atrás.

Subí a la superficie con la espada en mano tratando de pensar en que situación me encontraría a continuación. Tenía que pensar en algún plan que me hiciera ver como la víctima de la situación.

La puerta era golpeada cada vez con más fuerza que sabía que en cualquier momento la puerta caería.
Respiré hondo. Lo primero que tenía que hacer era esconder la espada de los demás.

Sencillo.

Lo siguiente era tratar de que creyeran que estaba desmayado o muerto.

《Desmayado.》

Prefería que creyeran que estaba desmayado a que estaba muerto. Sin más tiempo para pensar e idea mi plan la puerta del almacén cayó y junto con ella toda el agua.

Salí impulsado hacia afuera con tanta fuerza y brusquedad que me golpeé bastante.

Traté de no quejarme cuando caí hasta que después de tangas vueltas logré sentir el frío suelo.

Alguien tomó de mi brazo y me obligó a girar. Unas manos gruesas aplastaron fuertemente mi pecho haciendo que el agua que había tragado al girar saliera expulsada.

Mis ojos se abrieron de golpes y me levanté algo frenético alejandome de las personas.

—Señor.

El Mundo de los Sueños.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora