Epílogo.

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El silencio del lugar era espléndido.

El Reino de Emier nunca se había encontrado tan pacíficamente como aquel día. La gente se encontraba en la mitad de un gran escenario, mirando al personaje presente.

Todos guardaban silencio, mientras miraban maravillados el espectáculo.

Otro supuesto héroe estaba por morir a manos de Connor, su rey. Y eso era motivo de alegría.

-No me debilitaron, y tampoco podrán hacerlo. Estas personas son simples marionetas esperando su muerte.

Connor O'Connel miraba con ira a la persona atada. Sin embargo, él estaba consciente de que su pelea había sido ganada.

No se detuvo, y tampoco retrasó lo inevitable. Clavó dentro del chico una gran espada de color negra.

La sangre recorrió la espada, fortaleciendo de una manera inimaginable a Connor. Había sido lo mismo con Verónica.

Había tomado sus habilidades y era capaz de controlarlas. Y eso lo haría indestructible.

Toda la gente gritaba de emoción. Excepto Ricardo Ross.

Su mirada se encontraba fija en el corazón de Connor, ideando un plan en su mente para poder asesinarlo.

La capa que llevaba puesto, lo protegía de ser descubierto. A la gente tampoco le importaba, lo único que era de importancia era saber que su rey se fortalecía.

Ricardo se movió con precaución, tanto que la gente podía compararlo con una sombra. Llevaba en su mano la daga que Daemon algún día le había entregado.

No sentía temor, o alguna emoción parecida. Lo único que podía expresar era ira. De una forma tan intensa y duradera que no iba a frenar.

No hasta haber asesinado a Connor.

Ricardo estaba al tanto de la técnica, debilidades, y de que clase de juego sucio podría Connor jugar.

Los meses exhaustivos de búsqueda lo habían llevado a eso. Poder vengar a su hermana, y a todo aquel que Connor hizo sufrir.

Las escaleras de madera sonaban con fuerza a la vez que el chico ascendía. Pero todos estaban concentrados en sí mismos que no se figaban en Ricardo.

Connor al verlo, se sorprendió. Sin embargo una larga sonrisa apareció en su expresión.

-Contemplen, a un héroe más idiota que otros.

El rey señaló a Ricardo con sus dedos, provocando que una luz apuntara hacia él. La gente lo miró y empezó a reír.

-Su futuro rey, morirá. Y ni siquiera ustedes lograran evitarlo.

La capa salió volando hacia atrás mostrando a un joven, cargado de sangre en todo su cuerpo. Su mirada se encontró con Connor y en ese instante el caos se desató.

Las agallas del chico lo habían llevado lejos, sin embargo no iba a poder sólo. Y eso lograba entenderlo.

-Tejuis wster kat.

"Que la luz florezca en mí."

Un gran rayo de luz cayó sobre Ricardo, y la sangre manchada en su ropa de las personas a la que había asesinado empezaron a adentrarse en su cuerpo.

La magia de sangre empezaba a efectuarse.

Connor trató de impedirlo, pero una gran y fuerte barrera se lo impidió. Ni siquiera la energía oscura que utilizaba le permitía pasar.

Ricardo se llenaba de un poder letal y dañino. Pero eso ya no parecía importarle más.

Sintió un dolor, tan fuerte que estuvo a punto de perderse junto con toda la sangre que flotaba a su alrededor.

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