Para Ricardo Ross la vida no le ha parecido fácil. Después de la muerte de su hermana sintió como su estabilidad mental desapareció justo como todos sus amigos y personas que lo rodeaban. Él únicamente quería mantener una vida normal pero sus deseos...
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Había planeado salir con Alec en esa tarde por dos razones. No quería volver a mi casa y de una forma u otra saliendo con alguien que no conocía lo suficiente lograría enojar a Martín.
Alexander caminaba tan rápido que a duras penas lograba seguirle el paso.
—Detente.
El chico frenó de repente y me miró con una sonrisa. Yo me quedé pegado contra la pared respirando ante lo cansado que estaba.
—Eres muy flojo...
《Práctico todos los días un arte marcial. No soy tan flojo.》
—Algo.
Sentía un ligero dolor cerca de mí estómago referente a mi cansancio.
—Que te parece si me adelanto al carro y tu buscas agua.
Asentí.
Alec se alejó de mí tan rápido que me sorprendí. Pero me di cuenta que mi plan había funcionado.
Caminé por el pasillo empujando a uno que otro chico mientras buscaba a Luciana.
Había estado en la clase pero antes de que el timbre de salida sonará ella había desaparecido, me había retrasado para esperar que regresará pero no había señal de que aparecería pronto.
Quizá estaba siendo paranoico al seguir y observar a Luciana durante mi estancia en el colegio pero sentía que cualquier cosa le podía suceder y que yo tenía que estar ahí para ayudarla.
Milena se acercó a mí y me interrumpió de mis pensamientos.
—Rick. —Milo. —¿Has visto a Martín?
Los gestos de mi cara cambiaron de un momento a otro demostrando mi confusión. Traté de disimular pero según la expresión de la chica no pude.
—No, lo vi únicamente en la mañana.
《Antes de golpearlo.》
Me mordí la lengua aguantándome las ganas de no decir eso.
En su rostro apareció una sonrisa para luego despedirse. Por un instante me quedé parado en mitad del pasillo tratando de no tomarle importancia.
Seguí buscando por los pasillos y aulas pero la mayoría de los estudiantes se habían ido.
Sabía que lo mejor era regresar para que Alec no sospechara nada. Di media vuelta yendo por el mismo camino decepcionado por no haber encontrado a nadie.
