14. Un nuevo lugar. (I)

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Dos semanas

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Dos semanas.

Dos semanas exactas desde que Daemon desapareció de mi mente. Incluso los demonios habían desaparecido de mi vida.

Mis sueños también habían cambiado. Solo dormía sin pensar en nada.

Mi vida finalmente había vuelto a la normalidad pero definitivamente no se sentía como si las cosas se hubiesen resuelto.

Al principio quería que todo se acabara. Que mi vida volviera a ser lo de antes pero luego de aquella noche con Daemon todo cambió.

Justo cuándo empezaba a creer que ya formaba parte del Mundo de los Sueños todo había desaparecido.

Eso fue lo único que pasó en mi mente durante dos largas semanas.

Por lo menos leer aún seguía distrayendome de todo.

Era sábado por la noche y estaba sentado con mi pantalón de pijama y una camiseta gris.

Leía "Aristóteles y Dante descubren los secretos del universo" en la orilla de mi alcoba. A mi lado una taza de café y malvaviscos.

Así pasaba de vez en cuando mis sábados por la noche. Cuándo todo parecía más o menos normal.

A pesar de que tratara de concentrarme únicamente en el libro mi mente seguía divagando con diferentes razones por las que todo había vuelto a la normalidad.

Un par de minutos más pasé leyendo. Después de eso tiré el libro al suelo y apagué la luz de la habitación.

Me quedé mirando las estrellas y respirando.

《Te prometió que no se iría.》

Respiraba lentamente escuchando los latidos de mi corazón disminuyendo poco a poco.

《No te derrumbes.》

Era extraño como todo pasaba.
Primero me derrumbaba por culpa de mi hermana. En estos catorce días Daemon era la causa de eso.

La pantalla de mi celular iluminó mi habitación oscura. Quería ignorar eso pero los mensajes fueron tantos que sonaban ruidosamente.

"Rick ¿estás en tu casa?"

Respondí el mensaje con un: Sí. Y lo lancé encima de la cama.

Tomó un poco del café para luego tomar algunos malvaviscos y metérmelos todos a la boca.

Continué viendo a la luna un par de minutos más hasta que la voz de alguien gritó mi nombre.

Miré hacia abajo para encontrarme con Alexander quien tenía una gran sonrisa en su rostro.

—Hola lindo.
—Hola Alec.
—¿Es enserio Ricardo Ross? Es sábado por la noche y estás con una pijama  en vez de ir de fiesta.

Di una risa fingida tan mala que me sorprendí al descubrir que era tan mal actor.

El Mundo de los Sueños.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora