20. Leroy.

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Al abrir mis ojos no supe que había pasado

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Al abrir mis ojos no supe que había pasado. Mi vista se encontraba borrosa indicándome solo manchas blancas sin ninguna forma.

Giré mi cabeza torpemente hacia un lado para terminar mirando una pared.

Volví a mirar hacia el techo. Podía ver una luz proveniente del fuego.

Traté de levantar mis brazos pero era imposible. Estaban tan pesados que lo único que hacía era perder más de mi fuerza.

Sentía como mi garganta estaba seca. Abrí la boca para hablar pero las palabras no salieron.

Cerré mis ojos apretando fuertemente. Incluso pestañear dolía.

Dejé de aguantar el dolor y me dejé consumir por la oscuridad de mis ojos, durmiendo.

***

Todo era oscuro.

Donde estaba no hay más que oscuridad.

Me encontraba flotando en un extraño vacío. Pero no sentía nada, todo el dolor había desaparecido al igual que mis preocupaciones.

Sólo había paz.

Buscaba algo más que toda la oscuridad sin embargo parecía que sólo estaba yo.

—Ven.

Una voz se escuchaba lejana. Pero se repetía una y otra vez insistiendo a que la siguiera.

Traté de hacer caso omiso pero el sonido cada vez sonaba más extraño, más raro y más terrorífico.

Así que, sin querer, empecé a seguir la voz. El sonido cada vez se hacía más cercana mientras yo continuaba flotando y acercándome. Luego de unos minutos de flotar en la oscuridad terminé golpeándome contra un gran espejo.

Me miré.

Mi rostro se veía sucio al igual que toda mi ropa, tenía ciertos rasguños y golpes en mi rostro y brazos.

Coloqué mis manos sosteniéndome del espejo, pero fue uando vi como mi reflejo se movió y me miró.

Salí disparado hacia atrás de golpe mientras mi reflejo sonrió.

—Yo soy luz —dije sin ninguna razón.
—Y yo oscuridad.

Su voz era la misma que la mía.

—Pero juntos somos más.

Cargaba con él una espada parecida a la mía pero de color negro. La clavó contra el espejo el cual empezaba a quebrarse.

Los pequeños pedazos cayeron en el vacío y el cristal finalmente se destrozó dejándome cara a cara con lo que creía que era mi reflejo.

—¿Quién eres?
—Soy tú.

Y de repente de él salió una sustancia negra que impactó contra mi pecho y se adentró en mi cuerpo.

El Mundo de los Sueños.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora