La oscuridad apareció una vez más.
Sólo había una pesadilla.
No sabía durante cuánto tiempo había dormido.
—Leroy.
No dijo nada.
—Leroy por favor háblame.
Traté de hacer una bola de fuego pero mi cansancio me lo impedía.
Lo único que lograba hacer fue una pequeña chispa que dio un poco de luz.
Traté de ver al chico pero la oscuridad era mucho más grande.
—Estoy aquí.
Escuché un par de ruidos que imaginaba que era Leroy sentándose.
—¿Cuánto tiempo he estado aquí ya?
—Desde que despertaste ya son seis. Tres días desmayado, tres despierto.Otra semana casi.
Debía escapar de ahí lo más pronto posible.
El ruido de unos pasos hizo que apagara el fuego con mi mano.
Me quedé sentado esperando a las personas.
No habia comido más que ese pan quemado, y el agua que había bebido sólo era salada.
Una luz poco a poco se acercó.
Con mis brazos, sostuve mis piernas contra mi pecho.
Dos personas llegaronn con una antorcha algo grande.
Ellos sonríeron y abrieronn mi celda.
Traté de levantarme pero mis pies estaban demasiado débiles como para hacerlo.
Ambos guardias tomaron de mis brazos y me llevaron arrastrando. Respiraba mientras veia como todo pasaba. Traté de poner mis pies en el suelo pero no podía.
Los dos hombres rieron ante mi falta de fuerza.
Atravesamos un pasillo en el cual aparecía una chica rubia. Muerta.
Era obvio que mis alucinaciones eran por falta de comida y por mi cansancio.
Luego de dar un par de vueltas y pasar por algunas puertas —dónde diferentes personas cercanas aparecieron— llegamos a lo que parecia ser una habitación completamente vacía y sin luz.
—Invócalos.
Uno de los guardias me soltó haciendo que cayera al suelo, el otro colocó su espada sobre mi cuello.
Él caminaba hacia el frente y de sus manos comenzaron a salir luces de color brillante.
Movío sus manos de un lado a otro mientras recitaba algún tipo de conjuro.
Traté de escuchar lo que decía pero no podía, no tenía la capacidad para hacerlo.
Un par de segundos después toda la habitación empezó a iluminarse. Cerré los ojos, tanta luz hizo que terminara mareado.
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El Mundo de los Sueños.
FantasyPara Ricardo Ross la vida no le ha parecido fácil. Después de la muerte de su hermana sintió como su estabilidad mental desapareció justo como todos sus amigos y personas que lo rodeaban. Él únicamente quería mantener una vida normal pero sus deseos...