Lo abandoné.
Casi no dormí, pensando en lo que haría a continuación. Al llegar a Flame estaba casi seguro que encontraría a Connor.
Y que nuestra última batalla se lucharía.
No podía llevar a Daemon. Lo había herido tanto que esta vez Connor iba a matarlo. Y a pesar de que me mintió, no le deseaba eso.
No podía verlo morir.
Así que me desperté, y con un par de ramas lo envolví de tal forma que no pudiera moverse.
Él ni siquiera lo sintió. Las ramas lo envolvieron con tanta suavidad que me sorprendí de mi avance con telequinesis.
Deseaba quedarme a dormir a su lado. Pero en ese instante había más cosas que hacer.
Derrotar a Connor.
Cuando llegué a Flame sentí el fuerte olor a cenizas y la extraña sensación de peligro.
Mi mente y mi pecho sentían que había algo malo en todo ese Reino. Pero no podía ir atrás, el final estaba tan cerca que simplemente no podía.
Al descubrir mi profecía sabría qué hacer. Derrotar a Connor y volver a mi mundo.
Cuanto ansiaba realizar esas dos cosas.
El cielo gris no paraba de provocarme sensaciones de miedo, que trataba de ignorar.
Flame ni siquiera de veía como un Reino. Parecía mucho más una gran montaña en el medio de la nada.
Conforme caminaba, preparaba mentalmente las armas que usaría, la forma en la que lo haría. Y de qué manera utilizaría mis poderes para no terminar primero en el suelo.
Me detuve un instante al ver como un precipicio aparecía en la lejanía.
Seguí caminando, cargando en mis manos fuego. Debía estar alerta.
Una botella se encontraba tirada en el suelo, con un pedazo de papel en su interior. Supe que se trataba de mi profecía.
Rompí con rapidez la botella y abrí el último pedazo de profecía entre mis manos.
"En el reino de lava combatirás algo que posiblemente no ganaras"
Saqué de mi pequeña bolsa las demás parte de la profecía y miré con atención. Al poner la última toda la profecía se juntó finalmente, a excepción de la parte robada.
La batalla estaba por desatarse. La profecía lo decía, pero esta vez debía cambiar el significado de eso. No iba a perder.
La presencia de alguien detrás de mí, hizo que tirara una gran llamarada de fuego.
Daemon la esquivó como si nada.
—Tenía que dejarte.
—No tienes derecho sobre eso.
—No es tu guerra, has luchado... —fui interrumpido por las palabras de Daemon.
—Es mi guerra también. ¿Acaso olvidaste todo lo que Connor me ha hecho?
—Por eso debes irte. Has sufrido demasiado, ya no deberías hacerlo.Me acerqué a él y lo abracé con fuerza. Sus brazos me envolvieron tan fuerte, haciéndome sentir protegido. Nuestro abrazo no duró tanto como lo esperaba. La voz de alguien hizo que no separáramos el uno del otro.
—Se ven tan lindos.
El comentario sarcástico de Connor hizo que girara junto con mi espada en mano. Al verlo, todo mi cuerpo se calentó debido a la ira.
—Sorpresa.
Connor sujetaba a dos chicos en ambos manos, quienes se veían totalmente destrozados y casi sin vida.
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El Mundo de los Sueños.
FantasyPara Ricardo Ross la vida no le ha parecido fácil. Después de la muerte de su hermana sintió como su estabilidad mental desapareció justo como todos sus amigos y personas que lo rodeaban. Él únicamente quería mantener una vida normal pero sus deseos...