Capítulo Especial.

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Alore ya no se encontraba en el Palacio

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Alore ya no se encontraba en el Palacio. Ni mucho menos en el Reino.

Alore se había ido.

La noche anterior se había ofrecido a buscar a Connor por cuenta propia. No la detuve. Alore era mucho mejor que los guardias y la bruja que envíe la noche anterior a buscarlo. Ella siempre tuvo aquella habilidad de encontrar a las personas a pesar de que se metieran en el hoyo más profundo del Rsomnus. Además era el mejor sabueso que tenía para estas situaciones que si la retenía en el Reino iba a ser una completa idiota. Aunque tenía entendido algo, seguía siendo una idiota.

Haberla dejado ir a buscar a Connor era un riesgo que estaba tomando. Quizá él no estuviera libre como todos decían y Alore no se toparía con nada. Pero la opción certera era que había escapado.

Y si Alore lograba encontrarlo no terminaría bien.

Sabía que la chica era poderosa, sin embargo Connor podría derrotarla en un instante. Y al momento de que Connor derrotaba a alguien, solía asesinarlos. No quería eso para Alore.

Si eso llegara a sucederle. El Reino se hundiría junto conmigo.

La Guardia Real se encontraba recuperándose con magos nuac los cuales habían sufrido ciertos daños debido a la incandescente luz —provocada por mí— de la noche pasada. Nunca había sucedido nada por el estilo. Quería decir que lo sucedido era algo normal y que esperaba que sucediera, sin embargo no era así.

No tenía idea de por qué la luz había salido de mi interior.

Miré a la ventana de la habitación notando como la gran barrera ya protegía el lugar. La mayoría de las personas no serían capaces de verla. Sólo los más precavidos lo harían.

Era asombroso. En una sola noche había logrado un gran cambio para mi Reino. Un cambio bueno pero a la vez maligno.

Justo como todas las cosas.

El sol ya soltaba fuertes rayos solares en el lugar. Las personas ya estaban realizando sus tareas sin embargo yo no podía concentrarme en las mías. La noche anterior había sido tan confusa que aún me mantenía intranquila.

Tenía suficientes preocupaciones con Ricardo y Connor.

Ahora también temía por mí.

La sombra en el Palacio se había expandido y sabía lo que significaba. Mi alma se estaba desvaneciendo mucho más rápido.

La había colocado justo al empezar a utilizar la magia negra, así sabría que tanto me estaba perdiendo. Era extraño, no me sentía diferente. Sin embargo sabía que alguien sin alma siempre terminaba mal.

《Puedes preguntarle a Connor...》

—Cállate.

La voz reía en mi interior pero yo prefería ignorarla. Casi siempre que estaba a punto de estallar la voz se escuchaba con más fuerza.

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