16. Enfrentaciones. (I)

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—Has pasado durante una semana en este lugar, sin embargo parece que no puedes aprender lo que te enseño.
—No me jodas Rachel, no estoy de humor para aguantar tus mierdas.

Me levanté del suelo lo suficientemente enojado como para golpearla si se acercaba.

—Te enojas porque te gano en una batalla.
—Ya cállate.

Caminé alejándome de Rachel. No podía tomarme las palabras de Rachel como si fuera verdad porque no lo eran. En una semana había tenido un gran progreso a pesar de que no pareciera.

Desde que llegué de la Tierra había estado practicando todos los días para mejorar la forma en la que liberaba el fuego y otras cosas. Me parecía tonto que Rachel dijera que no estaba mejorando.

Sentí algo frío golpear mi brazo y empujarme hacia delante. Di la vuelta viendo a Rachel sosteniendo una bola de nieve en su mano.

La lanzó una vez más contra mí haciéndome perder el equilibrio y cayendo al suelo.

Me concentré para seguido mover mi mano haciendo que aparezca una bola de fuego flotando en mi palma.

La arrojé contra Rachel quién la esquivó con velocidad. Lancé bolas de fuego una tras otra pero Rachel utilizaba tanto su magia que era imposible combatir con ella.

Continué lanzando bolas de fuego contra ella hasta que sentí cómo me golpeaban por la espalda. Una vez más caí y al darme vuelta vi a Rachel sonriendo.

—Aún te continúo ganan...

Subí mi pierna hasta su estómago y la agarré con fuerza. Tiré mi pierna contra al suelo obligándola a caer.

Hice una bola de fuego para colocarla cerca del rostro de la chica.

—Lo siento. Gané yo.

Ella tenía su rostro apegado al suelo tratando que el fuego no la quemara.

Cerré mi mano extinguiendo las llamas de inmediato. Me levanté soltando a Rachel y caminando con una gran sonrisa en mi rostro.

Volteé viendo como Rachel lanzaba contra mí un par de estacas de hielo. Desenfundé a Crys de su vaina y lo clavé con rapidez en el suelo.

Todo a mí alrededor salió volando hacia atrás impulsado por un fuerte tipo de energía. Rachel cayó al suelo mientras yo me aferré al mango de mi espada.

No resistí.

Me solté y yo también caí de espalda en el suelo. El viento desapareció para que todo volviera a la normalidad.

—¿Qué fue eso?
—¿No lo provocaste tú? —exclamé confundido.

Ella negó moviendo su cabeza hacia los lados.

Levanté mis dos manos y las observé con cierta emoción y terror al saber lo que podía hacer.

Vi a la chica levantarse limpiando su ropa. Al igual que yo estaba confundida y asombrada pero no dijo nada. Dio la vuelta y caminó sin decirme nada.

—Suficiente por hoy.

Me levanté también con rapidez para luego tomar mi espada y guardarla.

—Espera Rachel.

Caminé tras ella escuchando que su respiración aumentaba cada vez más.

—Espera.

Rachel dio la vuelta demostrando que estaba enojada.

—Dije suficiente.

Soltó de sus manos una gran bola de hielo que venía directamente hacia mí. Levanté mis brazos tocando mis hombros y finalmente volverlos a poner correctamente para tronar mis dedos haciendo que apareciera en la cabaña en la cual me había estado quedando.

El Mundo de los Sueños.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora