24. Dimensión Oscura. (II)

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Todo era oscuridad. Mi mente se encontraba divagando por lo que estaba sucediendo. Daemon trató de caminar pero cada vez que se levantaba, caía de golpe.

Quería ayudarlo. Traté de levantarme pero caí sintiendo un fuerte dolor en mi pecho.

Miré todo a mí alrededor. Las nubes habían desaparecido completamente dejando un cielo de color morado oscuro. Todo lo demás era como si estuviéramos viendo mal haciendo que veamos un color morado llegando al negro.

Empecé a sentir un fuerte dolor en mi pecho. Rasqué mi pecho sin tomarle importancia y una vez más me levanté para acercarme donde Daemon pero al igual que antes volví a caer. Pero esta vez el dolor en mi pecho se volvió más fuerte. Sentí como si algo se desprendiera una vez más de mí. Traté de gritar pero el dolor me quitó todo el aliento.

Me arrastré poco a poco acercándome al chico, quien al igual que yo se veía débil. Cuando me encontré lo suficientemente cerca de Daemon, él agarró mi mano y la sujetó con fuerza. Yo no hacía más que gritar ante el inmenso dolor que sentía dentro de mi cabeza. No entendía nada de lo que estaba sucediendo. No tenía ni la mínima idea de cómo la Dimensión Oscura me estaba afectando.

—Estúpido.

Giéo y miré a quien hablaba. Al igual que hace unos momentos apareció algo demasiado parecido a mí. La única diferencia a simple vista que noté es que toda su ropa era negra y que él tenía un tono más sombrío en su rostro.

—¿Creíste que nos uniríamos?

Su voz se encontraba más distorsionada y diferente a la mía. En vez de tener a Cris y a Rove en su estuche tenía otras dos espadas negras afiladas.

—Eres un maldito ingenuo.

Traté de levantarme y atacarlo pero ni siquiera di dos pasos y volví al suelo. Él rió ante mi torpeza y yo solo me retorcí del dolor. Sentí una sensación inexplicable la cual me destrozó e hizo que quisiera llorar.

—Y tú eres un maldito bastardo.

Miré a Daemon quien ya se encontraba de pie viendo a mi doble.

—¿Cómo deberemos llamar al ente que dice ser la oscuridad de Ricardo?

No entendía que estaba sucediendo en esos momentos.

—Yo sé cómo se llama —expresó Daemon—. Agramon.

Lo que creí que era mi oscuridad terminó convirtiéndose en otra persona diferente. A diferencia de las anteriores veces que había visto a Agramon esta vez lucía diferente. Aun con su forma humana tiene un cuerpo grueso y corpulento el cual demuestra sus brazos llenos de distintos tatuajes.

Tenía dos distintos piercings en el labio y uno en la nariz. Sus ojos eran de color negro al igual que su cabello lacio.

Él nos miraba con una espeluznante y macabra sonrisa.

—Sorpresa pequeño.

Agramon desapareció de nuestra vista en un instante. Miré hacia todos lados buscándolo. Daemon hizo lo mismo que yo. Miré a sus espaldas donde Agramon apareció y golpea a Daemon con su puño.

El chico salió impulsado cayendo al suelo golpeándose un par de veces.

—Daemon.

Grité al ver como Agramon sujetaba una vez más a Daemon y lo empezaba a lanzar contra el suelo. Tenía que hacer algo. No podía dejarlo morir.

Gracias a mi oscuridad logré hacer que la Dimension Oscura se presenciara en el lugar. Debía servirme de algo.

Me levanté poco a poco sintiendo un fuerte dolor en mis piernas al hacerlo.

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