9.Fuente de dulces ilimitadas.

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Me quito y el gorro y lo lanzo al aire rápidamente, un segundo después cae al suelo. Una risa se escucha en la habitación, y no es precisamente la mía, ya que esta situación no me parece muy divertida que digamos.

 Debato en mi mente la idea de salir huyendo, pero eso solo me haría cavar un hoyo más profundo en la tierra de lo avergonzada que estaba.

 Así que me volteó, reuniendo todo mi valor.

 El rubio me estaba observando divertido, apoyado en una de las paredes, con sus brazos cruzados sobre su pecho. Sus ojos azules me observan atentamente.

 Paso mi mano por mi cabello, cosa que hago cada vez que me encuentro nerviosa.

—Puedes quedártela, no tengo ningún problema—dice, acercándose más a mí.

 Miro a cualquier lado, menos a sus ojos. Por eso cuando bajo la mirada, me percato recién de que él está enfrente mío ahora.

— ¿Hablas?—pregunta.

—No….eh, sí. Tal vez. —sacudo mi cabeza tratando de ordenar mis ideas, antes de que salgan por mi boca.

“Pensar antes de hablar, Megan. Pensar antes de hablar”

 —Ryan—empiezo apoyando mi pierna sobre el sofá— ¿Eres un paparazzi encubierto o algo así?

 Se ríe ante mi pregunta y bajo sus brazos. Está muy, pero muy cerca de mi espacio personal. Necesito respirar. Nariz. Aire. Boca. Esperen, ya ni sé cómo se respira.

—No. ¿Tú no eres una fan obsesionada con Justin Bieber que se acaba de meter a su casa verdad?

—Pf—digo y me empiezo a reír— ¿Fan obsesionada? Puedes preguntarle la historia de cómo he dañado su ego, hermano. Cuando se le suban los humos a la cabeza, ya sabe a quién tiene que llamar.

— ¿Cómo te llamas?—pregunta después de reírse.

Dan's Girl {#BieberAwards}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora