18.Una probada de su propia medicina

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—Hola Megan—me saluda una mujer, que está manejando un coche de bebes.

Recuerdo haberla visto en algún lugar de la ciudad pero no recordaba exactamente en donde, probablemente en un supermercado. Sea el lugar que sea, no la recordaba, ni a su adorable bebé de ojos azules que me estaba mirando en este instante.

—Hola—respondo, moviendo mi mano.

Entro en la pizzería que se encuentra por cierto, muy lejos de mi casa. Justin me había enviado la dirección minutos después de que se fue. Dándome indicaciones muy claras para que evitara perderme. Y aun asi…lo hicé. Soy malísima con las direcciones, cabe resaltar.

Me siento en una de las mesas cerca a la ventana y uno de los meseros se acerca hacia donde me encuentro.

—Hola Megan—me saluda, y cuando levanto la mirada lo reconozco, recuerdo haberlo visto en los partidos de hockey.

Mi habilidad recordando rostros…es sorprendente.

—Hola…

—Mateo, soy Mateo. Hemos jugado un par de veces hockey juntos, bueno tu equipo contra el mío. Creo que juegas jodidamente bien—dice.

—Gracias—respondo.

— ¿Vas a ordenar algo?—pregunta.

—Aun no. Aunque, ¿me podrías traer un vaso de soda por mientras? Estoy esperando a alguien.

—De acuerdo—responde y se da media vuelta y se retira.

Es alto, casi del mismo tamaño que Jackson. Y tiene esa apariencia de chico tímido, con gafas y el pelo oscuro. Aunque es muy lindo, y tiene unos ojos verdes hermosos por cierto.

Mateo aparece un rato después, dejando el vaso de soda enfrente de mí. Le digo gracias, y regreso mi atención rápidamente a la estúpida ave de mi telefono, encargándome que no se caiga ni se estrelle con alguno de esos horribles tubos verdes.

Dan's Girl {#BieberAwards}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora