Dan's Girl {#BieberAwards}

64.Te he extrañado

¡Era viernes al fin!

Jamás había esperado tanto un fin de semana en toda mi vida. Normalmente era para salir de esta prisión que es llamada escuela por los adultos. Pero este semana fue diferente. Justin llegaría el viernes al fin, y estaba tan emocionada que no podía ocultar la sonrisa de oreja a oreja que llevaba en el rostro.

—Sonríes tanto que me da ganas de vomitar. —dice Zoen, observándome sin dejar de fruncir el ceño.

Como si fuera un mono de laboratorio.

—Que tú seas un amargado no es mi culpa. —me defiendo, sacándole la lengua.

Zoen hace lo mismo, y a veces me pregunto si no se han confundido con nuestras edades, ya que en este momento parecemos niñitos de primaria.

Justin llegaría esta noche, y vendría directo  a mi casa. Papá le había ofrecido quedarse en casa, si es que cumplía con la regla de no subir a las habitaciones del segundo piso, exactamente a la mía. Justin había aceptado, prometiendo cumplir el trato.

Estaba llevando a Zoen a casa, ya que es el único de mis amigos que no tenía ninguna actividad extracurricular. Elijah se quedaba apoyando con las tutorías. Jackson y Ashton estaban entrenando con el equipo de futbol. Y a Cam y a Kayes se les había ocurrido la fabulosa idea de audicionar al equipo de matemáticas de la escuela.

No es que ellos querían estar ahí, ellos eran malísimos en los números como yo. Iban ahí solo para joderle la existencia a Lorena Thomson, la chica neuronas de nuestra escuela.

— ¿No crees que deberías hacer algo después de la escuela, Zoen? Apuesto que vas a llegar casa, tirar tu mochila en la puerta. Ir a tu habitación, encender la televisión y el PS3, tirarte en tu cama como la marmota que eres y jugar videojuegos por el resto del día.

— ¿Cómo sabias que iba a hacer eso?—pregunta extrañado. —Como sea, no necesito perder mi tiempo. Además juego hockey, eso ya es suficiente.

Viro mis ojos, mientras me estaciono enfrente de la casa de Zoen.

—Z, ya puedes baj…

No termino mi oración porque Zoen me interrumpe con un ataque de risa.

Tiene aún su teléfono en su mano y se ríe como foca retrasada. Me está dando miedo.

— ¿Zoen? ¿Estás bien?  ¿Es necesario que llame al exorcista?

— ¿Has visto las noticias últimamente? ¿O entrado a Facebook o a twitter?—me pregunta cuando logra tranquilizarse a sí mismo.

—No, no he tenido tiempo. Tenía examen de matemática muy importante por cierto gracias por pasarme la cuatro idiota, estaba mal…

—Prométeme que no entraras y no encenderás ningún televisor en tu casa.