41.Guerra de comida

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Todo esto se estaba descontrolando por completo, y estaba completamente de segura que estaba a punto de sufrir una migraña. Y una de las grandes. Esas que me hacían llorar en el suelo, rogando que el dolor terminara.

Era sorprendente como habían cambiado tanto las cosas en este viaje, quiero decir, no parecemos ser las mismas personas que pasamos un mes entero en Europa. Mes en el cual, pasábamos la mayor parte del tiempo juntos. Probablemente el mejor mes de toda mi vida. Porque ya era asombroso el hecho de estar en Europa…pero el hecho de compartirlo con él.

Y ahora él estaba enfrente de mí, ¿tratando de romper conmigo?

— ¿Qué?—es lo único que logra salir de mis labios.

Estoy tan confundida. Hasta lo que yo recuerdo, yo era la que estaba  enojada con él. Yo era la que no quería hablar con él.

—Escucha…sé que esta confundida...solo, déjame explicártelo, por favor, Meggy. —me dice, acercándose con cuidado hacia donde estoy. Probablemente tenía miedo de que no lo dejara hablar y lo echase de una vez de mi habitación.

Lo cual tenía pensado hacer si no hubiera formulado esa oración.

“Creo que debemos terminar”

—No me llames así. —mascullo.

—Por favor, solo…escúchame. —me implora.

— ¿Todo esto es porque no conteste tus llamadas ayer? ¿Es por eso, Justin?—le pregunto, mi cerebro esta hecho un completo lio.

Y si era por esa razón por la cual estaba terminando conmigo, él era realmente la persona más inmadura y patética que he tenido oportunidad de conocer. Y créanme cuando digo que conozco muchas. La mayor parte de la población masculina en mi escuela, son la prueba viviente de que hay casos en los cuales el hombre aún no ha evolucionado.

—No, Megan, sé que fui un estúpido por eso pero…tengo que explicarte las cosas desde el comienzo para que me entiendas. Yo no quiero lastimarte, y es por eso que no podemos seguir juntos.

— ¿Por qué?—le exijo.

—Cuando te conocí, creí que la había superado, Megan, te lo juro, de lo contrario jamás hubiera empezado algo contigo…pero, al parecer no es así. Yo no lo sabía hasta anoche. Ella me besó ayer.

No hacía falta que me diga quién era esa “ella”. Lo sabía. Mi estómago se contrajo en un fuerte retorcijón, dolía como un infierno. Y sabía de sobra que no era un simple dolor en el estómago. Ahora algo más que eso.

—Pensé que no iba a sentir absolutamente nada…pero no fue así. Sentí algo. No tengo idea de lo que es pero…

Niego con la cabeza enojada.

—No puedes jugar al niño indeciso que no puede decidir cuál es su juguete favorito, ¿de acuerdo?—le digo.

Dan's Girl {#BieberAwards}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora