Pasaron varios segundos, tal vez minutos, en los cuales ni siquiera se nos cruzó por la cabeza separarnos de aquél beso, el cual subía más y más de tono a medida que el tiempo pasaba.
Me aparté un poco, con cuidado, y escondí mi cara en el hueco de su cuello, como una nena con vergüenza. Lo escuché reír luego de un suspiro y automáticamente lo golpee en el hombro, sin moverme del lugar. Podía sentir su corazón latiendo a la par del mío, y el olor de su perfume que terminaba de revolucionar por completo mis hormonas. Mis dedos jugaban entre su pelo con increíble tranquilidad, mientras sus manos recorrían lentamente la parte baja de mi espalda y se depositaron luego a cada lado de mi cintura.
No me quería separar de ese abrazo por nada en el mundo, ni de él, y me dispuse a aprovechar el momento, sabiendo que era muy poco probable que esto durara mucho. Él y yo, juntos, era realmente una locura. Y a pesar de haberme caracterizado siempre por ser una persona muy racional, por pensar todo unas mil veces antes de hacerlo, cuando lo tenía a Julian en frente no podía ni siquiera pensar con claridad.
- Estoy loca - susurré finalmente en su cuello, luego de un eterno pero cómodo silencio
- La verdad que sí - respondió y ambos reímos - pero me encanta - agregó y cerré los ojos con fuerza, aferrando más mis brazos a su cuerpo
- Es todo tu culpa, sos consciente de eso?
- Mi culpa por qué? - preguntó separándose un poco, logrando que por primera vez después del beso, lo mirara a los ojos
- Por mirarme así - dije y sonrió con naturalidad - y por sonreírme de esa forma, quién se puede resistir?
- Vos seguro que no
- No - confirmé entre risas - digamos que soy muy débil - agregué mientras tiraba para atrás el pelo que caía sobre su frente, despeinándolo por completo.- Cuánto falta para que me digas que esto está mal, que no deberías, que tenés novio y que vos no sos así? - preguntó poniéndose serio de golpe, por lo que se me hizo un nudo en la garganta automáticamente
- Y qué si te digo que no está mal? Sino que al contrario, está demasiado bien, que era lo que necesitaba hacer y que no me arrepiento? - creo que no se esperaba una respuesta así de mi parte y sus ojos se encargaron de demostrarlo
- Me hablas en serio? - preguntó y asentí sonriendo por su cara de sorpresa - Pero y tu novio qué?
- Ves que sos vos el que lo traes a la conversación? Yo no lo nombre y ni siquiera pensé en él
- Bueno pero quiero saber que pensás, y si no te lo pregunto no hay forma de saberlo - dijo y suspiré, mientras pensaba que palabras usar para no marearlo más de lo que estaba
- Julian lo que me pasa con vos no tiene nada que ver con Benjamín, no quiero que te sientas en el medio
- Pero estoy en el medio aunque no quieras, lo acabas de cagar, justamente conmigo, no puedo sentirme ajeno a eso - interrumpió y asentí, dandole la razón
- No me quiero torturar, cuanto más lo piense más culpable me voy a sentir, y eso es lo que menos quiero
- Bueno pero después de todo fue un beso nada más, no mataste a nadie Ori
- Vos no lo entendés, porque sos así tan liberal, nunca tuviste una novia en serio, pero yo hace como cinco años que estoy con Benja y jamás lo cagué. Fue un beso, como vos decís, pero es el primero que le doy en años a alguien que no sea él, y para mi es muy raro
- Ey ya está, te entiendo, pero yo no te estoy pidiendo que lo dejes. Vos lo dijiste, ya sabes como soy, vivo el hoy
- Yo también vivo el hoy - lo interrumpí - y hoy te quise dar un beso y te lo di, no me importó nada, ni nadie
- Bueno entonces no digas más nada, ya está - dijo y largué todo el aire contenido, aliviada - Vos decís que si te pongo ojitos y te hago una sonrisita, me das otro? - preguntó en mi oído y no pude evitar sonreír al instante
- Y si dejamos de hablar un poco? - murmuré con el ceño fruncido y él sonrió, para luego posar sus manos en mis caderas con la intención de acercar más mi cuerpo al suyo, como si eso fuera posible.Capturó mis labios con los suyos con increíble necesidad, generando unos movimientos algo torpes pero intensos.
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Del Otro Lado
FanfictionTenía sus ojos café clavados en mí y juro que no existía nada mejor que esa sensación. Sonreí, algo tímida a medida que se acercaba, con seguridad, hasta el punto de chocar su frente con la mía. Sus manos se deslizaron desde mis hombros, recorriendo...