CAPÍTULO 54

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  - Vos qué haces? - preguntó con una sonrisa y fruncí el ceño algo confundida, me estaba tomando el pelo? - Te estas yendo? Ya?
- Qué te importa? - revoleó los ojos y volvió a mirarme serio, ignorándome y esperando una respuesta - No, no me voy, estoy buscando el baño, querés acompañarme? - pregunté irónica y largó una risa.

Quise morir, en ese instante. Por qué le preocupaba que me fuera? Por qué estaba tan fuerte? Por qué se reía de esa forma tan... él?

- Es una buena propuesta - contestó divertido - Pero prefiero tu cama antes que el baño de un boliche.

Lo empujé con fuerza pero no conseguí ni siquiera moverlo del lugar, solo logré que se riera aún más, lo cual me podía, demasiado.

- Qué te haces el gracioso? Estúpido
- Bueno, ey, era un chiste Ori - me sonrió tan tiernamente que aflojé y terminé riéndome yo también
- Permiso - me di vuelta y seguí caminando, probablemente si me seguía mirando con esa sonrisa hubiera sido muy débil.

Esta vez había menos fila para el baño y a los cinco minutos ya estaba saliendo, por suerte.

- Ay, cuándo te volviste tan bruto? - grité cuando sentí la pared fría chocar contra mi espalda descubierta por el vestido, y su mano agarrando mi muñeca con fuerza
- Te estaba esperando, cómo tardan las minas acá adentro - dijo ignorándome por completo
- Soltame - rogué, aunque eso no fuera precisamente lo que quería.

No me hizo caso y miré hacia nuestro alrededor. No había nadie, solo gente que entraba y salía cada tanto del baño pero en el pasillo, nadie más. Suspiré rendida y por primera vez en lo que iba de la "charla" lo miré a los ojos.

- Me estás lastimando - dije en un hilo de voz y me soltó enseguida, pero sin dejar de arrinconarme con su propio cuerpo - No hablaba precisamente del brazo - agregué y agachó la mirada
- Me parece que nos merecemos una charla - dijo completamente serio y asentí, sin dejar de mirarlo - No es el mejor lugar pero podemos vernos un día de estos y...
- Sí, me parece bien - lo interrumpí - Ahora me dejas ir? Por favor
- No - dijo firme, apoyando sus manos a cada lado de mi cintura y levanté ambas cejas, incrédula.

Seguía mirándome serio y me puso un poco más nerviosa de lo que estaba, si es que eso era posible. El corazón me latía a mil por hora.

No me dio tiempo a reaccionar que ya lo tenía sobre mí, moviendo sus labios entre los míos a un ritmo que estaba a punto de volverme loca. Le seguí el juego aunque me parecía que no era lo más racional, pero qué más daba? Jamás, ni en nuestro peor momento, me hubiera podido resistir a algo como eso. En un descuido bastante consciente le di paso a su lengua y eso definitivamente fue el fin de mi cordura. Llevé desesperadamente mis manos a su nuca mientras él se pegaba literalmente a mi cuerpo, presionándome contra la pared de aquel lugar.

Visto de afuera era sin dudas una escena de dos adolescentes que se besaban por primera vez, siendo que teníamos yo 23 y él 25, no éramos ningunos adolescentes y teníamos ya bastante historia de por medio.

Me estaba quedando sin aire cuando se separó, dándole una leve mordida a mi labio inferior como para volverme un poco más loca de lo que ya estaba. Me llevó un tiempo volver a abrir los ojos y él rió por eso. Lo mire algo avergonzada y me dedico una de esas sonrisas que me hacían morir.

Dónde podía esconderme ahora?

- Qué se supone que estamos haciendo? - pregunté agarrándome la cabeza y él se encogió de hombros bastante divertido - Deja de mirarme así Julian, no podemos ser tan pendejos
- Uy basta, deja de pensar tanto las cosas, ya está
- No, no está nada, cuatro años pasaron, no me puedo hacer la que no pasó nada, no puedo ser tan indiferente como vos
- Te pensás que no se lo que pasó? De verdad crees que no me afectaron cuatro años de no verte? Enterándome de tus cosas solo por lo poco que Jenny me contaba de vos? - a esta altura tenía ya los ojos llenos de lágrimas y con cualquier cosa que me fuera a decir explotaría - Me acordaba de vos en cada cosa que hacía y te extrañaba cada día como si fuera el primero, aunque no seas consciente de eso
- Yo no...
- No sabías, no? - me interrumpió, de mala gana - Claro que no sabías, si estabas ocupada con tu nueva vida...
- No digas eso, vos fuiste el que me dejaste de un día para el otro, qué querías que hiciera? No tenía ganas de verte todos los días en el pasillo y saber que no querías estar conmigo, no se, no podía soportarlo
- Yo tampoco podría soportarlo, seguramente al poco tiempo me iba a arrepentir - dijo y me mordí el labio mientras rodaba los ojos - Pero ya fue, volvé al país que elegiste, con tu gente, esto no da, somos muy pendejos
- No seas idiota - grité fastidiosa y se alejó, despeinándose el pelo.

Le dio una especie de piña al aire y se fue, largando humo prácticamente. Bufé y limpié mis lágrimas para volver con mi amiga. Ahora sí, definitivamente quería irme de ese lugar. Entre tantas vueltas la encontré, seguía con los chicos y ahora se les había sumado Julian, genial.

- Gorda, dónde estabas? - preguntó Jenny muy sonriente cuando me vio
- En... el baño - forcé una sonrisa y Julian hizo un fondo blanco con el fernet, evitando mi mirada
- Vení, tomate algo - gritó eufórica alcanzándome un vaso lleno.

Lo miré dudosa pero a los pocos segundos me había tomado todo. Me quemó la garganta y todo el cuerpo y grité con una cara de asco tremenda. Era vodka puro, no habían dudas. Jenny y Agus rieron cómplices y les dediqué mi peor cara.

Al poco rato estaba bailando con ella, sacadísimas las dos. Seguía cruzando miradas con Julian cada tanto, pero su cara no era la mejor y la mía menos, nos mirábamos como con bronca. Al final no se cual de los dos debería ser el enojado, pero ya a esta altura daba lo mismo.

Terminamos la noche las dos agotadas, sentadas en la vereda, junto con Maxi que nos acompañaba en el estado y Agus y Julian que estaban como supervisando todo. Serios los dos, entre Agus que no había tomado porque manejaría el auto de Maxi y Julian que había tomado pero seguía en modo ofendido y no pensaba dirigirme la palabra.

- Nos vamos? - preguntó Agustín mientras la ayudaba a Jenny a levantarse
- Todavía no - grité riéndome y Jenny estiró la mano para que le chocara
- Bueno nosotros nos vamos ahora, se toman un taxi cuando se decidan - intervino él, desde la discusión que no le escuchaba la voz
- No, vamos dale - dijo Maxi y entre los dos nos ayudamos mutuamente a pararnos, muertos de risa.

Nos dirigimos todos hacia el auto de Maxi, Agus se sentó adelante con Jenny y yo atrás entre medio de los otros dos. El viaje se hizo un poco largo y era algo incómodo sentirlo al lado mío pero que me ignorara de esa forma.

- Los dejo a ustedes dos primero - dijo mirando por el espejo y enseguida giré la cabeza para mirarlo a Julian.

Se encogió de hombros y suspiré, eso contestaba una de mis preguntas, seguía viviendo allí.  

Del Otro LadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora