CAPÍTULO 23

746 31 0
                                    

  Jenny se fue de casa a eso de las siete de la tarde, luego de una serie de mates y más y más charlas, que tan bien me hacían. Lo primero que hice fue entrar a bañarme, lo cual me relajó bastante, considerando lo tensa y nerviosa que estaba. Me vestí extremadamente sencilla y me senté nuevamente en el sillón, mirando el celular y pensando cómo hacer para animarme.

Los minutos pasaban y el mensaje para Julian seguía en blanco, no había sido capaz de escribir ni una sola palabra. Mi celular vibró, sacándome de mis pensamientos, y un nuevo cartelito apareció en la conversación, como si me hubiera leído la mente.

"Ori avisame cuando puedas hablar, me lo debes"

"Puedo, venís o voy?" - contesté, luego de un suspiro

"Vení vos, Agus se acaba de ir así que vamos a estar tranquilos"

Guardé el celular, sin afirmarle nada y respiré hondo, se me venía una difícil y lo sabía.

Luego de unos segundos me dirigí sin vueltas, pero muerta de nervios, a su puerta. Tardé un tiempo en tocar timbre, pero finalmente me animé, y la puerta no tardó en abrirse, como si me estuviera esperando del otro lado.

- Hola - dije algo tímida
- Pasa - contestó seco, moviéndose a un lado para permitirme entrar.

Estaba igual que hoy, pero con los pelos mucho más alborotados, y una cara de cansancio terrible. Tuve que contenerme para no morderme el labio, estaba tan lindo.

- Querés tomar algo? - preguntó mientras acomodaba el sillón y sacaba las cosas que estaban sobre él
- No, gracias
- Bueno, sentate - me indicó y asentí.

Él se acomodó a mi lado, girando para quedar enfrentados, con cierta distancia de por medio.

- Te escucho - dijo mirándome a los ojos, serio, dándome el pie para que empezara a hablar

- Mira Juli, lo único que me propuse, y por lo que vine acá a hablar, es porque quiero ser lo más clara posible con vos - dije y él asintió - Quiero que sepas que lo que hice y dije ayer fue porque lo sentía, jamás quise darte a entender algo que no era, ni quiero que pienses que soy una histérica. A mi me pasa algo con vos que ni yo misma puedo entender, y es algo que me frustra, porque quiero seguir con mi vida como si nada hubiese pasado y no puedo, siempre estas ahí, dando vueltas en mi cabeza. Pero hay algo que es real y es que yo tenía una vida antes de conocerte, y digamos que hace poco más de una semana vos ni existías en ella. Yo era feliz con mi novio, tenía las cosas muy claras, sabía lo que quería para mi y tenía en claro mis prioridades, y mis sentimientos. Pero llegaste, de la nada, y mi vida perfecta se cayó a pedazos. Llegué a estar más pendiente de vos que de mi novio, quería verte a vos más que a él, sentía más deseo por vos que por él, entendés eso?

- Sí, lo que no entiendo es por qué reprimís lo que sentís - dijo algo confundido

- No es eso, es que hablé con él, y sin saber lo que estaba pasando entre vos y yo, me hizo caer en la realidad. Puse en juego una relación de años, la cual cuidamos siempre, por algo del momento, por alguien que acabo de conocer y por más que me vuelvas loca, se que no es más que algo temporal. Se como sos, se como soy yo, se que somos muy opuestos. Yo estoy acostumbrada a estar de novia, por mucho tiempo, y vos estas acostumbrado a estar de joda, a traer a tu casa a cualquier mina que conoces en un boliche y al otro día la cambias por otra y hasta te olvidas de su nombre. Julian yo no quiero eso, no me gusta esa vida, y no quiero ser una minita más y terminar en tu cama después de unas copas de más un viernes a la noche, no quiero llegar a ese punto y tener que arrepentirme al otro día - su cara cambió, para mal, no le estaba gustando nada lo que decía, pero yo no pretendía callarme hasta largarlo todo - Llegué a engañar a mi novio, algo que nunca en mi vida había hecho, por estar con alguien que no se aferra a nada ni a nadie. Y por más que la pasé increíble ayer, se que queda en eso, y no quiero perderlo todo por una aventura... Dejame terminar - agregué cuando vi que quería hablar - Hoy a la mañana vino Benja y hablamos. Fue ahí que caí en lo que estaba haciendo y en todo lo que estaba arriesgando por un capricho, o una calentura, como quieras llamarlo. Solo quería avisarte que me propuso volver a estar bien, juntos, y acepté. Lo único que voy a hacer de ahora en adelante es jugármela por esa relación que tanto dejé de lado estos últimos días, y voy a poner todo de mí para olvidarme de vos y poder ser feliz con él como lo era antes de conocerte. Por eso quiero estar alejada, porque tenerte cerca me hace peor, y lo que menos quiero en este momento es confundirme o confundirte a vos - largué todo el aire contenido una vez que terminé con el monólogo, me había descargado completamente y sentía mucho alivio al haberme sacado ese peso de encima.

Me miró fijo por varios minutos, como analizando todo lo que había dicho y pensando por donde empezar a contestar.

- Solo espero que algún día te des cuenta de lo equivocada que estás al juzgarme de esa forma - dijo en un tono de voz que jamás le había escuchado, parecía realmente enojado - vos no sabes como soy más allá de lo que me muestro, y como dijiste, me conoces hace días, no tenés ningún derecho a opinar tan libremente de mí como si supieras por qué soy como soy - se me hizo un nudo en la garganta, no me gustaba nada verlo de esa forma

- Solo digo lo que veo y tenés razón, no conozco los motivos por los cuales sos así, pero no quiero esto para mi vida, no me la quiero jugar por alguien que jamás se la jugaría por mí - estaba al borde del llanto, pero por nada del mundo quería mostrarme vulnerable frente a él

- Me parece bien, te quedarás con la duda de qué hubiese pasado, pero supongo que podrás vivir con ese peso, si tenés al novio perfecto a tu lado para hacerte olvidar todo, el que jamás se manda una cagada, el que se la juega tanto por vos. Buena vida, ojalá te dure esa relación tan falsa que tenés - dijo para finalizar, poniéndose de pie y dirigiéndose a la entrada, dejándome sola y con la palabra en la boca.

Me costó varios segundos reaccionar después de lo que había dicho. Jamás había sido tan duro y directo conmigo, jamás me había levantado el tono de voz, y me dio tanta bronca que tuve que contar hasta diez para dirigirme hacia la puerta sin pegarle o putearlo antes.

- Sabes que si? Vamos a durar, y mucho - dije parándome frente a él, desafiante, mirándolo a los ojos con bronca
- Te felicito, suerte
- Idiota - grité cuando me cerró la puerta en la cara.

Creo que jamás sentí tanta impotencia como en ese momento, tanto que si lo tuviera en frente no dudaría en matarlo. Odio que me dejen con la palabra en la boca, odio que se quiera hacer el superado y que me diga "suerte" cuando yo me descargué y le dije, más sincera que nunca, todo lo que me pasaba con él. No creo que tenga motivos para enojarse cuando fue algo que hablamos anteriormente, y encima era obvio que no se iba a enganchar conmigo por un par de besos, como para ponerse mal. En definitiva no se que es lo que le da tanta bronca.  

Del Otro LadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora