CAPÍTULO 28

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Él no me acompañó, estaba totalmente sobrio, y yo, bueno, una máquina de decir incoherencias. Ya no sabía si Julian se reía de mi estado o si lo hacía solo para dejarme contenta, pero nada me podía tanto como su risa, y sus ojos achinados cuando lo hacía.

- Ya te la terminaste? Sos un animal - exclamó sorprendido, mientras yo reía
- Quiero más - dije, caprichosa
- No, olvidate, no vas a tomar más, pendeja borracha
- Callate tarado - me defendí, empujándolo por el hombro, lo cual en lugar de dolerle le dio más gracia.

- Bueno por lo menos no te empedas con vino, que haces tomando champagne? Careta!
- Lo había comprado Benjamín para festejar hoy, pero no llegamos ni a abrirla
- Para festejar qué? - preguntó con el ceño fruncido
- Mi cumpleaños - largué, agachando la mirada
- Es tu cumple? Por qué no me dijiste nada?
- No, es mañana. O sea... a las doce
- Son las once y cuarto, no falta nada - dijo luego de fijarse en el celular, buscaba animarme, pero la verdad que no estaba de humor para festejos
- Ya no me interesa eh, no tengo ganas de nada - dije mientras tiraba la cabeza para atrás
- Ey no digas eso, siempre es lindo cumplir años
- No, justo hoy no, voy a pasar un día de mierda, no le veo nada de lindo - me quejé y él bufó.

No tardó ni diez minutos en agarrarme la nostalgia y tristeza, creo que cuanto más cerca estaba de las doce, más sensible me ponía.

- Andate si querés Julian, no quiero arruinarte la noche con mis problemas - dije entre lágrimas
- Basta, ya te dije que no me voy hasta que estés mejor. Si no me importaras no estaría acá, ni tampoco me preocuparía por vos, así que cortala - dijo serio, mientras me abrazaba por el hombro
- Gracias, sos el único que está y que se preocupa por mí
- Ey no digas eso, todos los que te quieren se preocupan por vos. No deberías estar tan a la defensiva solo porque alguien te lastimó, no todos somos así - dijo mientras secaba mis lágrimas con la yema de sus dedos, con tanta delicadeza que parecía que tuviera miedo de quebrarme
- Sos un amor, y yo me porté tan mal con vos
- Shhh - me interrumpió
- No, en serio, te quiero pedir perdón, fui muy injusta y te juzgué sin ni siquiera conocerte del todo. Al final resultaste ser de las pocas personas que valen la pena - dije sincera, mientras más lágrimas rodaban por mis mejillas.

Él no dijo nada, simplemente sonrió, para luego acomodarme el pelo detrás de la oreja. Apoyé mi cabeza sobre su hombro y deposité mi mano en su cintura. No hicieron falta palabras, con eso bastaba, me sentía mucho más segura y relajada entre sus brazos, sin lugar a dudas.

- Me estas llenando la remera de mocos - susurró en mi oído, volviendo a robarme una sonrisa
- Que malo - reí desganada y él dejó un cálido beso en mi frente para luego despeinarme, como hace tiempo no hacía.

- Voy al baño y vengo, bancame - dijo, apartándome para poder pararse - Espero que cuando vuelva no estés llorando, porque me voy a enojar mucho - agregó mientras se alejaba, para luego cerrar la puerta tras él.

Reí por dentro y volví a tirar la cabeza para atrás, largando todo el aire contenido. Sentí vibrar el celular en mi bolsillo y lo saqué rápidamente, mensaje de Benjamín.

"Feliz cumple hermosa! Ya se que no tengo derecho a nada pero me hubiera gustado empezar este día con vos. Te deseo lo mejor y espero me perdones por ser tan idiota. Te amo, quiero que lo sepas"

Mire la hora y efectivamente era mi cumpleaños, ya eran las doce y un minuto. Era necesario que el primer saludo sea el suyo? Obviamente no le respondí, y me dispuse a leer el de Jenny.

"Amigaaaaa, feliz cumpleee! Confia en mí, vas a tener el cumpleaños que te mereces, no dejes que nadie lo arruine. Te amo muchísimo, no sabes cuanto! Más tarde te llamo porque ahora te deben estar bombardeando. Un beso gigante!"

"Gracias bombón, te amo tanto más! Prometeme que mañana la rompemos. Llamame en un rato, ahora estoy acompañada y bien, quedate tranquila"

Por suerte siempre estaba Jenny para sacarme sonrisas, y la remató con un par de audios en los que no se entendía más que los gritos de "feliz cumple", lo que me hizo reír bastante.

Respondí un par de mensajes más, entre ellos los de mi familia, que a pesar de la distancia siempre estaban presentes, haciéndome sentir que no estaba sola. Al poco rato sentí el ruido de la puerta abrirse y salté del susto.

Morí de amor con esa imagen, definitivamente no podía ser más tierno este chico. Traía en la mano un platito con un alfajor y por encima de él una velita aromática de las que tengo en el living.

- Que los cumplas feliz, que los cumplas feliz, que los cumplas Orianita, que los cumplas feliz - cantó, con una sonrisa constante en sus labios, los cuales se llevaban toda mi atención
- Sos un tarado - reí, emocionada
- Shh, pedí tres deseos - se sentó a mi lado, con el plato entre medio de los dos y aprovechó la situación para tomar mi mano, la cual tenía apoyada sobre mi pierna.

Me estremecí ante el contacto y no pude evitar sonreír, embobada. Cerré los ojos para pedir mis deseos, aprovechando el mayor tiempo posible las caricias de su dedo sobre mis nudillos.

*Olvidarme de las personas que me hacen mal y sacarlas definitivamente de mi vida*

*Tomar buenas decisiones* - apreté fuerte su mano

*Estar con mi familia*

- Y? Para cuando? - me apuró y abrí los ojos de golpe
- Ya está - respondí y finalmente soplé
- Buena - gritó, con una sonrisa enorme.

Apoyó el plato en la mesita y con su mano aún apretando la mía, me atrajo hacia él, para luego rodear mis hombros con sus brazos, con tanta fuerza que no estaba muy lejos de quebrarme. Deposité mis manos en la parte baja de su espalda, pegándolo más a mi cuerpo.

- Feliz cumple pendeja - dijo de forma tierna en mi oído, y luego dejó un sentido beso en mi mejilla, sin separarse del abrazo
- Gracias Juli, por todo, gracias
- No me agradezcas, tonta - dijo mientras nos separábamos, ambos tan sonrientes.  

Del Otro LadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora