CAPÍTULO 40

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- Con vos todo mal - se quejó Julian ni bien Jenny puso un pie en el auto
- Qué hice ahora?
- Otra vez no me saludas, forra, mira que yo no me olvido de las cosas - dijo ofendidísimo, por lo que largué una carcajada
- Ay pobrecito él, está sensible - lo gastó, mientras se tiraba hacia adelante y agarraba su cabeza para darle un beso algo ruidoso en la mejilla.

Hizo lo mismo conmigo y reímos, entre los tres no llegábamos ni a los diez años de edad promedio.

- Los agarró la lluvia a ustedes dos o qué? - preguntó al poco rato
- No, nos bañamos, es algo que deberías hacer vos, colorada - respondió sin despegar la vista de la calle
- Juntos? - gritó y no hice más que girarme sobre el asiento, abrir los ojos bien grandes y dedicarle mi peor cara.
- Ojalá - murmuró él y reí, mientras le daba un codazo fuerte.


A los pocos minutos estábamos en la puerta de la facultad, sorprendentemente con tiempo de sobra antes de la primera clase. Jenny se bajó rápidamente luego de despeinarle un poco el pelo a Julian en modo de despedida, ganándose un par de puteadas por parte de él.

- A la una te espero acá - dijo serio mientras depositaba su mano derecha con total naturalidad sobre mi pierna
- Me parece perfecto - respondí junto con una sonrisa.

- Ey - gritó con su mano aún firme en mi pierna cuando vio que intentaba abrir la puerta
- Qué?
- Saludame pendeja - ordenó y reí, no podía creer que todos sus tonos de voz sonaran tiernos.

Con algo de torpeza llevé mi mano a su nuca, lo acerqué a mi, y sin previo aviso capturé sus labios, nuevamente. Lo sentí sonreír debido a mi efusividad pero ni siquiera me importó, no planeaba separarme de aquel beso hasta quedarme sin aire.


- Ori - murmuró sobre mis labios y negué rápidamente con la cabeza - Dale boluda, vas a llegar tarde - agregó y suspiré.

- Te espero - grité mientras me bajaba del auto, y él levantó la mano en modo de saludo, para luego arrancar el auto y dejarme ahí, inmóvil y completamente embobada.


Las horas se pasaron tan lento que creí que no íbamos a salir nunca de esa maldita clase. Será por las ganas que tenía de volver a verlo y de salir a comer con él. A la una menos cinco ya estábamos afuera de la facultad con Jenny y Nico, el único amigo que teníamos ahí adentro, con el cual completábamos el pequeño grupo de estudio.

Nos sentamos en la escalinata esperando que se hicieran la una para que viniera Julian y también Pablo, quien iba a pasar a buscar a mi amiga. Nico simplemente nos bancaba de buena onda, ya que él vivía a pocas cuadras y no tenía que depender de nadie para volverse.

Una y cinco aproximadamente llegó Pablo, y en lugar de acercarme al auto a saludar, como solía hacer siempre, me quedé sentada donde estaba. Se que él no tiene la culpa de tener un mejor amigo tan pero tan idiota, pero no podía evitar pensar que aún sabiendo todo lo que Benja hacía, y a pesar de conocerme tanto y que seamos tan amigos, lo siguiera cubriendo. Jenny se despidió de nosotros y corrió hasta subirse al auto de su novio y desaparecer, en cuestión de segundos.


- Y el vecinito? - preguntó Nico, con Jenny solían llamarlo de esa forma a Julian delante mío
- Supuestamente a la una llegaba - dije sacando el celular del bolsillo, 13:28.

Él se encogió de hombros y yo largué un suspiro, estaba agotada y lo único que quería además de dormir, era verlo.

- Capaz que hay tránsito - dijo intentando calmar mi ansiedad y reí, qué tan ingenuo era?
- Anda yendo si querés, no te preocupes que ya debe estar por llegar - dije restándole importancia al asunto y él negó con la cabeza
- No tengo nada más que hacer Ori, te aguanto hasta que venga.

Ya no sabía ni de que forma sentarme, tenía las piernas acalambradas y de Julian ni rastros. Pasaron las dos de la tarde, dos y media, y mis esperanzas de verlo llegar en su auto eran nulas.

- No lo querés llamar, Ori? Capaz le pasó algo
- No, no creo. Vamos, no me quiero quedar toda la tarde acá como una boluda - dije al borde del llanto.

Revise como por décima vez nuestra conversación por whatsapp pero no, ni siquiera me había mandado un mensaje para avisarme que no venía.

- Te acompaño hasta tu casa - dijo mientras bajábamos las escaleras
- No, te tenés que desviar, no seas boludo
- No, no se discute, aparte de todas formas nos íbamos a juntar a estudiar. Ya que estamos podríamos aprovechar, y de paso te distraes un poco - dijo y asentí desganada.

El camino a casa se hizo eterno. Yo fui la mayor parte del tiempo en silencio, con la cabeza en otro lado, mientras él me hablaba intentando levantarme el ánimo. Nunca había vuelto de la facultad caminando hasta mi casa, y obviamente no volvería a hacerlo jamás. Llegamos agotados, y entre los dos nos vaciamos una botella entera de agua en pocos minutos.

"Cuando quieras vení a casa, estoy con Nico y vamos a internarnos a estudiar para el parcial del jueves"

"Eh? Y Julian? En un rato se va Pablo y voy"

"Genial, después te cuento"

Guardé el celular y luego de cocinar, milagrosamente, unos omelettes, nos sentamos a comer. Increíblemente me quedaron ricos, y a los pocos minutos ya estabamos tirados en el sillón como dos gordos, mirando tele mientras esperábamos a Jenny.

Entre los dos juntamos todos los apuntes necesarios, y sumándole los libros y las cosas de Jenny, calculamos que dentro de un año estaríamos preparados para aprobar el maldito parcial.

A eso de las cinco llegó mi amiga, con otra pila de apuntes y resúmenes para sumar a la colección. Por suerte habíamos adelantado un par de temas y entre los tres nos complementábamos en cuanto a conocimientos y lectura.

- Ay boluda, contame! Cómo te fue con Juli? - preguntó en un momento, con bastante emoción
- Ehhh...
- No preguntes - intervino Nico y me reí para no llorar
- Por qué? Qué pasó?
- Esperé hasta dos y media y nunca llegó, que se vaya a la mierda - dije con bronca
- Qué? Ah no listo, lo tengo que matar - dijo y asentí - Y no te dijo por qué no fue o si le pasó algo?
- No, ni un mensaje. Pero ya fue, no quiero pensar más en eso porque más bronca me da, te juro.

Pasaron un par de horas y por suerte no se había vuelto a tocar el tema. Estábamos los tres hartos de tanto estudio así que hicimos una especie de recreo para merendar algo y distraernos un rato.

"Salgo ahora de la oficina, estas en tu casa? Te extraño un poco"

Ah no, no podía ser más caradura. Una hora y media esperándolo, me dejó plantada, y ahora me extraña "un poco". Tire el celular por ahí y sin dar muchas explicaciones me puse a leer, otra vez.

Del Otro LadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora