CAPÍTULO 52

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  Cuatro años pasaron, para ser exactos. Cuatro años viviendo en un país que no era el mío, extrañando a mi gente, mis amigos, mi casa.

Estaba recién recibida, por fin, después de tantos años de sacrificio y estudio, tenía finalmente el título. Por lo que había hablado con Jenny, ella estaba rindiendo los últimos exámenes, también a punto de terminar la carrera. A pesar del tiempo y la distancia no habíamos perdido el contacto, seguíamos teniendo tanta confianza como antes y nos contábamos absolutamente todo.

Un montón de cosas habían cambiado en Buenos Aires, Jenny y Pablo terminaron hace casi un año y ahora estaba de novia con Agustin, increíblemente enamorados. No se cómo pasó pero era algo que jamás hubiera podido imaginar. Por otro lado, Maxi se peleó con la novia después de muchos años juntos y ahora era el soltero del grupo, el que siempre quería salir de joda y emborracharse, qué ironía.

Yo en cambio seguía sola, aunque en todo este tiempo probé con varios chicos, nunca terminaba por engancharme del todo, con ninguno. Con el que más duré fue aproximadamente medio año, entre idas y vueltas, pero aunque quisiera no podía quererlo más que como a un amigo.

Estaba en el aeropuerto contando los minutos que faltaban para embarcar. No podía más con mi ansiedad, quería llegar ya a Argentina. Mañana era la fiesta de graduación de mi mejor amiga, lo había conseguido, tal y como habíamos soñado toda la vida, nos habíamos recibido a la misma vez. Todo esto era una sorpresa, quería aparecer en esa fiesta sin que ella sepa nada.

Lo tenía a Agus de cómplice, él me fue a buscar al aeropuerto y me llevó a comer por ahí antes de dejarme en mi viejo departamento. Lo extrañaba horrores, y lo vi tan cambiado que me emocionó. Estaba mucho más grande, maduro, e igual de divertido que siempre. Lo cargué un montón con el tema de su relación con Jenny, lo había jodido tanto a Maxi y ahora era él el casado y enamorado, y nada más ni nada menos que de nuestra amiga, va, mi amiga.

Me pasé todo el día arreglando el departamento, me parecía mentira volver a estar acá después de tantos años. Me llené de recuerdos a medida que lo recorría, y recién en ese momento me acordé de Julian. Lo tenía tan superado que hace tiempo no pensaba en él, pero al estar ahí, fue inevitable. Me pregunté que sería de su vida, si seguirá igual de mujeriego que antes, si habrá sentado cabeza de una vez por todas, y si seguirá viviendo acá al lado. Un montón de preguntas que no tenían respuesta.

Finalmente me empecé a preparar para la fiesta, elegí un vestido negro, ajustado y bastante corto, junto con unas plataformas del mismo color. Pinté mis labios de un color bordó y apenas me delineé los ojos. Me mire mil veces en el espejo antes de salir, me pasaba a buscar Maxi, y apenas tocó el timbre bajé las escaleras prácticamente corriendo. Lo abracé apenas me subí al auto, no era consciente de lo que los extrañaba hasta ahora que los volvía a ver.

Estaba igual, no se notaba tanto el cambio como en Agus, él siempre había parecido más grande que el resto. No paré de sonreír durante todo el camino, no podía creer volver a estar los cuatro juntos, y tenía una ansiedad que no podía controlar.

Después de un viaje un poco largo llegamos finalmente al salón, y entré detrás de Maxi. El lugar era bastante amplio y ya estaba casi lleno, teniendo en cuenta que recién eran la una de la madrugada. Me dio un poquito de nervios estar ahí, no sabía con lo que me podía encontrar y moría de ganas de verla ya a mi amiga. Mientras la buscábamos me encontré con varios chicos de la facultad, de nuestra generación, algunos festejando que se graduaban y otros que abandonaron o se atrasaron pero seguían viéndose. Me encontré con Nico y lo abracé hasta dejarlo sin aire, estaba tan lindo y grande, con él había hablado los primeros meses después de haberme ido pero con el tiempo perdí el contacto, y me llenó de nostalgia volver a verlo.

- Vení Ori, creo que la vi a Jenny - dijo Maxi tirando de mi brazo y le hice señas como pude a Nico de que después nos veíamos
- Ay bruto, donde?
- Allá en la barra - gritó señalando y sí, ahí estaba, tomando un trago abrazada del cuello de Agustín.

Estaba de espaldas así que fui directo hacia ella, tapándole los ojos con ambas manos.

- Pablito - gritó entre risas y Agustín se soltó de su agarre, lo que la hizo reír más - Bueno, no se, me rindo!
- Cómo no me vas a reconocer? - grité para que me pudiera escuchar por encima de la música y pegó un grito ensordecedor a medida que se daba vuelta.

Le dediqué una sonrisa de oreja a oreja y se abalanzó sobre mi, abrazándome por el cuello con efusividad.

- Orianaaaaa - gritaba sin parar y yo no pude evitar largar una carcajada
- No sabes lo que te extrañaba - dije cuando nos separamos y tocaba mi cara corroborando que era yo
- Ay yo también, yo también - volvió a abrazarme emocionada - Qué haces acá loca? Cuando volviste?
- Ayer, quería darte una sorpresa
- Ay te amo, te amo - gritaba, cómo podía ser que ya estuviera en pedo?
- Felicitaciones psicóloga - grité y rió
- Lo mismo digo - volvió a abrazarme pero esta vez la aparté yo
- Bueno, bueno, pedime algo para tomar, dale.

Se acercó a la barra y me pidió un trago, el cual me extendió a los pocos minutos, mientras yo hablaba con Agus. Una cosa era que me lo dijeran, pero verlos juntos, era algo que todavía me costaba asimilar.

- Y? - gritó Jenny - Viniste para quedarte?  

Del Otro LadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora