CAPÍTULO 27

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  Iba tomando más o menos la mitad de la botella y derramando más y más lágrimas cuando un ruido me sacó de mis pensamientos. Hacía mucho tiempo que no coincidíamos en el balcón, y me pareció raro verlo salir. Estaba tan lindo como siempre, con un jean gastado, remera blanca estampada y una gorra de esas que él usaba y tan bien le quedaban.

Me miró algo sorprendido, no se si por verme en ese lugar después de tanto tiempo, por mi estado, o por no saber si hablarme o no. Frunció el ceño al notar que lloraba y luego largó una pequeña risa al ver la botella a mi lado.

- Todo bien? - preguntó algo tímido y me encogí de hombros - Mmm veo que no
- Que observador resultaste ser - dije con ironía y él no tardó en rodar los ojos mientras se mordía el labio
- Y vos tan simpática siempre - retrucó, por lo que lo fulminé con la mirada - No, en serio, qué te pasa? - preguntó preocupado
- No ves? No se notan? - dije señalando hacia arriba.

Él siguió la dirección de mis dedos y luego volvió a mirarme a mí, confundido.

- Los cuernos Julian - grité - llegan hasta el décimo piso, y agarran el wifi de todo el edificio - dije tomándomelo con humor, aunque por dentro me sentía pésimo.

Sus ojos se abrieron como platos, al parecer no sabía qué decir pero tampoco pretendía que me dijera nada.

- Lo lamento - dijo en voz baja y negué con la cabeza - No quiero decirte que te lo dije pero... te lo dije
- Ah que buena onda que sos, me dejas más tranquila
- Ni en estos momentos vas a mostrarte como sos, no? Deja las ironías pendeja
- No me digas así, no hay confianza - me quejé
- Uy como estamos eh...
- Perdón, es que tengo mucha bronca y sos la primer persona que me cruzo - dije y rió
- Está bien, descargate - dijo apoyando sus brazos sobre el murito que lo separaba de mi balcón
- No hace falta, no tenés la culpa - dije y tomé otro trago - Tenés planes?
- Para hoy? - preguntó y asentí - No, mira como esta afuera, pienso dormir toda la noche
- Vení entonces, acompañame aunque sea un rato, por favor - supliqué.

No hizo falta que le dijera más nada, a los pocos segundos ya lo tenía de mi lado, sentándose en la mesita frente a mí.

- Comiste algo? - preguntó de la nada, y lo mire confundida
- No, por qué?
- Entonces dame eso - y en un forcejeo me sacó la botella de las manos - te va a hacer mal, pendeja
- No importa, devolveme eso Julian
- No, hasta que no comas no te la voy a dar - dijo firme y bufé
- No tengo hambre - dije, caprichosa
- No me interesa, vas a comer - contestó, poniéndose de pie para entrar al departamento.

Lo seguí, dando pasos torpes, hasta llegar a la cocina. Ya me estaba pegando el alcohol y me odiaba por tener tan poca resistencia.

- A ver que te puedo cocinar... - dijo mientras abría la heladera y buscaba
- Callate Julian, si no sabes hacer ni un huevo frito - dije riendo
- Qué? Me extraña Oriana, no sabes que bien me quedan las pizzas esas que vienen congeladas
- Es tu especialidad? - pregunté, aguantando la risa y él asintió, orgulloso - Sos un tarado - reí - hay en el freezer.

Estuvimos hablando un poco en la cocina mientras se hacía la pizza, y se notaba el esfuerzo que hacía por distraerme y llevar el tema de conversación lo más lejos posible de Benjamín.

- Ibas a salir? - preguntó mientras comíamos, sentados sobre la mesada de la cocina
- Con esta cara voy a salir? - pregunté señalando mis ojos principalmente
- Qué tiene?
- Ay Julian, soy un mapache, quedé destruida
- Bueno, lo del mapache puede ser - dijo y reímos - pero nada que no se pueda arreglar, si estas re buena - agregó con naturalidad, y lo miré incrédula
- Ah bueno - creo haberme puesto bordó - Pensábamos salir pero al final íbamos a quedarnos acá, hasta que bueno, se arruinó todo - dije rápidamente, evitando su comentario
- Ah fue recién el problema? - preguntó, curioso
- Mmm hace un rato largo, digamos que estuve llorando desde un par de horas antes de verte
- No puedo creer, no da que llores por ese boludo, no vale la pena - dijo poniéndose serio
- Ya se pero duele que después de tantos años se termine todo de la nada, encima por una cosa así
- Y sí, me imagino. Pero vos cómo te enteraste?
- Leí su conversación de whatsapp con la mina, parece que me venía cagando hace meses, no sabes lo boluda que me siento
- Ah pero ese pibe se está buscando que lo cague a piñas - dijo con bronca
- No, creo que ni eso se merece. Todo vuelve, y ya le va a llegar a él, no te preocupes.

Volvimos al balcón una vez que terminamos de comer y ordenar un poco el desastre que habíamos hecho en la cocina. Por suerte cumplió con lo que había prometido y finalmente la botella volvió a estar en mis manos.  

Del Otro LadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora