Giré en la cama, cerrando los ojos con fuerza, con la intención de dormirme y no volver a despertarme por el resto del día. Pero como nunca nada me sale como yo quiero, el timbre sonó. Miré el reloj, once de la mañana.
Luego de largar un par de puteadas me levanté, y así como estaba me dirigí a la puerta, con el terror de que fuera Benjamín que volvía porque lo de ayer a la noche no le había alcanzado. Miré por el agujerito pero no vi a nadie, era algún tipo de joda? Abrí la puerta, desganada, y no puedo explicar lo que sentí. Se me llenaron los ojos de lágrimas, las cuales no tardaron en caer, y no pude decir nada. Llevé ambas manos a mi boca, sin caer en lo que veía.
- No nos vas a saludar?
No lo dudé, me tiré en sus brazos y la abracé con mucha fuerza. Hace cuanto que no veía a mi mamá? Meses, creo que la última vez fue en navidad y fin de año cuando yo viaje a Venezuela para verlas.
- Feliz cumple mi amor - gritó mientras llenaba mi cara de besos
- Feliz cumple Ori - exclamó mi hermana, empujando a mamá para poder abrazarme - Te extrañé un montón
- Yo a vos enana - dije mientras nos separábamos - Que linda que estás!
- Y vos estas hermosa Ori - rodé los ojos, mamá siempre tan exagerada
- Bueno pasen - dije entrando delante de ellas - denme esos bolsos que los llevo al cuarto, pónganse cómodas.Corrí hasta mi cuarto y cuando volví ya estaban sentadas en el sillón, ambas mirándome con una sonrisa inmensa.
- Por qué no me avisaron que venían? Las hubiera esperado con comida o aunque sea un poco de orden en el departamento
- Queríamos que fuera una sorpresa, hasta tuve que amenazarla a la Titi que se moría por contarte
- Callate mamá, si fuiste vos la que casi metes la pata el otro día por skype - se quejó ella y yo reí, lo que extrañaba estas cosas era increíble
- Hasta cuando se quedan?
- Mañana a la noche nos volvemos, por más que quisiera quedarme tengo que trabajar el lunes y Titi tiene que ir al colegio - dijo apenada y bufé - Bueno pero aprovechemos ahora que estamos juntas, hablemos. Cómo te está yendo en la facu? Cómo andan Benja, Jenny, Pablito?La pregunta sobre la facultad fue fácil. Les hablé de Jenny y Pablo, de lo bien que estaban juntos y de mi amistad con Jenny que seguía intacta. De Benjamín preferí no hablar, evité el tema y ellas parecieron entender, o aunque sea respetarme, así que no me preguntaron más por él, por suerte.
Hablamos de todo un poco, me contaron como andaban las cosas por allá, mi familia, cómo le iba a mamá en el trabajo, a Titi en el colegio, y más cosas sobre las cuales teníamos que ponernos al día. Nos entretuvimos tanto que se hicieron las doce, doce y media y yo ni cuenta me había dado.
- Perdonen que no tengo nada en la heladera, voy a pedir algo para comer
- No Ori no te preocupes, tenemos otra sorpresa, así que no vas a tener que pedir nada ni cocinar
- Que sorpresa?
- Vamos a ir a comer a un lugar que creo que te va a gustar - dijo mamá muy entusiasmada - ya nos pasan a buscar
- Quien?
- El remise - intervino Titi
- Pero si tengo el auto abajo
- No, vamos a ir en remise - dijo y ambas se sonrieron, cómplices.No entendí mucho pero les seguí el juego, así que me fui a cambiar y arreglar un poco, ya que aún tenía puesto el pijama. Estaba en los últimos detalles cuando empezaron a apurarme porque ya nos teníamos que ir. Me coloqué un pañuelo alrededor del cuello, me acomodé por última vez el pelo y corrí hasta la puerta, donde me estaban esperando.
Bajamos rápidamente las escaleras, debo admitir que estaba un poco ansiosa, y ellas solo reían al darse cuenta. A pesar de estar separadas durante tanto tiempo, me conocían más que nadie y se daban cuenta de lo que me pasaba con tan solo mirarme.
Reconocí el auto y pegué un grito, sin importarme la gente que pasaba a nuestro alrededor. Salí corriendo en cuento lo vi salir del auto, tan lindo como siempre, la edad parecía nunca afectarle. Me colgué de su cuello y lo abracé por una eternidad, mientras él con una mano me acariciaba el pelo y con la otra rodeaba mi cintura con fuerza.
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Del Otro Lado
FanficTenía sus ojos café clavados en mí y juro que no existía nada mejor que esa sensación. Sonreí, algo tímida a medida que se acercaba, con seguridad, hasta el punto de chocar su frente con la mía. Sus manos se deslizaron desde mis hombros, recorriendo...