CAPÍTULO 51

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  Me desperté con un mareo que solo me provocaba ganas de vomitar. Respiré hondo y mire a mi alrededor, definitivamente no estaba él, y su lugar lo ocupaba la botella vacía de la noche anterior.

Tenía un par de llamadas perdidas de mamá y unos mensajes.

"Conseguí pasaje para dentro de dos días, te parece bien? Reservo dos y venís con tu novio? Lo quiero conocer"

Bufé.

"No tengo novio mamá, saca uno solo para mi"

Tenía también varios mensajes de Jenny preguntándome cómo había salido todo, pero opté por ignorarlos y seguir intentando dormir. Fue en vano, obviamente, lo único que daba vueltas en mi cabeza, aparte del alcohol, era él.

Me pasé todo el día en la cama, llorando, comiendo, y mirando películas de amor con finales trágicos. A eso de las nueve de la noche sonó el timbre, pero mis ganas de estar con gente eran nulas. Corrí igualmente hasta la puerta y miré por el agujerito antes de abrir. Jenny. Quedó dura cuando vio mi estado, se ve que no esperaba encontrarse con algo así.

- Qué te pasó? - preguntó seria mientras se acercaba para abrazarme fuerte.

Ese abrazo fue lo que me faltaba para inundarme en lágrimas. Me venía conteniendo bien pero eso fue el límite.

- Me dejó - tartamudeé entre tantas lágrimas.

Se separó enseguida de mí y me miró incrédula. Asentí como para confirmarle que le estaba diciendo la verdad y ella tapó su boca con ambas manos. Me ayudó a sentarme en el sillón y se sentó a mi lado, mirándome igual de sorprendida que hace unos segundos.

- Cómo? Cuándo? Por qué?
- Dice que no me quiere lastimar pero que no puede o no le gusta estar de novio, que se yo
- Ah no, que pendejo de mierda, lo voy a matar - dijo con bronca y me encogí de hombros - Y qué pensás hacer? Lo vas a esperar o...
- Me voy
- Qué? - gritó, abriendo bien los ojos
- A Venezuela, con mi familia, me voy - dije y negó con la cabeza - No quiero verlo más, no quiero vivir acá sabiendo que él está del otro lado, siguiendo con su vida como si nada, sin mi
- No es la solución, lo sabes
- Si que es la solución, necesito alejarme, estar lo más lejos posible de todo lo que me recuerde a él. Y qué mejor que estar con mi familia?
- Y yo? Y tus amigos qué? - preguntó con lágrimas en los ojos
- Me podes ir a visitar en las vacaciones, vamos a hablar todos los días por skype, no se, vamos a estar en contacto siempre
- Te voy a extrañar mucho - dijo volviendo a abrazarme
- Yo también, pero bancame en esta, por favor - supliqué y ella se separó asintiendo
- Cuando te vas?
- En dos días
- Qué? Pero no tenés nada preparado
- No, me querés ayudar? Y de paso me despejo un poco
- Obvio, si, no me pienso mover de acá hasta que te vayas, te aviso - dijo y ambas reímos.

Y así fue. Mi amiga me ayudó a armar la valija y a dejar el departamento lo más ordenado posible. Los días que restaron se quedó conmigo, todo el tiempo, bancándome e intentando que pensara el menor tiempo posible en él. También estuvieron Maxi y Agus, hicimos una especie de despedida y me prometieron que Julian no se enteraría de nada hasta no estar fuera del país. No quería ni escuchar su nombre, sentía una bronca que no podía controlar.

Mientras hacía el check-in pensaba en todo lo que estaba dejando atrás, a lo que me enfrentaba, la cantidad de cosas que iban a cambiar a partir de ahora. Seguir mi carrera en una facultad allá, con nuevos compañeros, sin Jenny. Tener que hacer amigos, salir de mi nueva casa todos los días sabiendo que del otro lado no estaba Julian, y que nunca más iba a estar ahí. No pude evitar las lágrimas en el momento antes de embarcar, en el que me despedí de mi mejor amiga, con un abrazo tan sincero que probablemente no iba a olvidar nunca.

Le tenía muchísimo miedo a los aviones, así que cerré los ojos con fuerza en el momento del despegue y estuve todo el viaje con los auriculares puestos y el volumen al máximo, intentando no pensar en nada. Por suerte en pocas horas estaba ya en el aeropuerto, caminando hacia quien sabe donde con mi valija en mano y en busca de mi familia.

Hasta que por fin la vi a mamá, tan exagerada y eufórica como siempre, levantando las manos y haciendo gestos muy graciosos para que la viera. Corrí a abrazarla y por primera vez desde todo lo ocurrido me sentí en paz. Con ella, con mi hermana, eran todo lo que necesitaba para sanarme.

Un par de semanas pasaron y fin de año. En estos días había aprovechado para recorrer un poco, pensar, estar en familia. Hablaba con Jenny todos los días por skype y con Maxi y Agus hablábamos mucho por whatsapp. Me había inscripto en la facultad de psicología de acá, por suerte me revalidaron las materias y estaba al día. Eso era una de las cosas que me dejaban tranquila, saber que iba a poder seguir estudiando lo que me apasiona sin ningún obstáculo, tal como si estuviera en Argentina.

De Julian no supe nada, por suerte, no tenía ningún interés tampoco. A Jenny le tenía prohibido nombrarlo y los chicos se daban cuenta y ni siquiera lo mencionaban.

Se acercaba la media noche y estábamos festejando a lo grande. Por mi parte no estaba muy entusiasmada, no este año que sabía que todo iba a cambiar. Más que emoción sentía alivio por terminar este año que había sido pésimo y miedo por empezar uno nuevo, lleno de cambios e incertidumbre.

Brindamos todos juntos y no pude evitar pensar en él, en lo que me hubiera gustado compartir este momento juntos. No pude disimular mi cara de tristeza y Titi me abrazó con fuerza, mientras todos gritaban emocionados y se deseaban un feliz año. Feliz? Qué puede tener de feliz?

Al poco rato mi celular comenzó a vibrar. Tenía un montón de mensajes de los chicos, ya algo borrachos deseándome un buen año. Tenía también un mensaje de un número desconocido y no dudé en abrirlo.

"No te quise joder antes porque supuse que no querías saber más nada conmigo, pero me enteré que te fuiste y me parece una locura, no era necesario, no por mi. Me cuesta mucho escribirte y hace horas, días, semanas, que estoy escribiendo y borrando este mensaje. Quería que sepas que a pesar de como terminó todo, fuiste lo mejor que me pasó en el año y que no me arrepiento de nada de todo lo que vivimos juntos. Ojalá seas muy feliz allá y encuentres todo lo que yo no te pude dar. La vida nos va a volver a cruzar y espero que sea en el momento adecuado, porque como te dije, se que vamos a terminar juntos. Te amo más de lo que pensás y te deseo un muy buen año, que todo lo que sueñes se cumpla y seas feliz, hoy y siempre!"

Terminé de leer su mensaje en un llanto desconsolado. No podía amarlo más, y jamás pensé que estando tan lejos y después de cómo había terminado conmigo, iba a querer estar con él de todas formas.

No le contesté porque me dolía pensar en la cantidad de verdades que le hubiera dicho, o quizá por orgullo, pero no volví a saber nada de él en años.  

Del Otro LadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora