CAPÍTULO 29

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  - Muy original lo tuyo, Serrano - dije mientras lo veía sacar la velita del alfajor y apartarla
- Viste no? Estoy muy creativo hoy - respondió con una sonrisa, para luego con el cuchillo dividirlo a la mitad.

Me alcanzó un pedazo y el otro lo comió él, en pocos minutos.

- Que solicitada que estás - dijo un rato más tarde, al ver que mi celular no paraba de vibrar
- Uy es Jenny, tengo que atender
- Si obvio, atendé.

- Colorada - grité, provocando que Julian tapara sus oídos
- Chiquita, feliz cumple, cómo estas pasando? - preguntó casi en mi mismo tono, y se escuchaba música de fondo, lo que la hacía gritar aún más
- Bien, no pude haber empezado mejor - dije, dedicándole una sonrisa, la cual me devolvió al instante
- En serio me decís? O es solo para no preocuparme? Mira que te voy a hacer compañía si estas triste
- No, en serio, estoy muy bien acompañada - dije y volvió a sonreír, pero esta vez mirando para otro lado
- Con quien estás, zorra? - preguntó divertida y no pude evitar largar una carcajada - Te conseguiste un chongo para que te de una alegría?
- Que decís idiota? - largué entre risas - No, estoy con Julian - agregué, evitando sonreír para no quedar tan obvia
- Wow
- Qué?
- Ya garcharon? - susurró y volví a reír
- Obvio que no, no se que te pasa pero te voy a cortar, por boluda - dije, haciéndome la ofendida
- No, para, para, para - dijo rápidamente - Bueno ya veo que interrumpo, así que mejor hablamos mañana, solo quería saber si estabas mejor
- Ya te dije que si - grité - te amo Jenny, nos vemos mañana
- Yo más Ori, un beso - corté rápidamente y lo miré.

Estaba concentrado mirando un punto fijo, lo que me hizo bastante gracia.

- En qué pensás? - pregunté, logrando sobresaltarlo
- En todo - dijo volviendo a mirarme, serio - Es muy raro volver a estar bien con vos, después de todo lo que pasó
- Raro bueno o malo?
- Raro bueno, pero raro en fin - dijo y asentí - es como que cambiamos, los dos, y no se, me resulta un poco raro que estemos hablando así tan bien
- A mi también, pero me alegra, no me gustaba que hubiera tanta mala onda
- Te lo buscaste igual eh
- Basta, no me hagas acordar - dije haciendo puchero, por lo que él sonrió
- Te maté con la indiferencia, no? - preguntó, orgulloso de sí mismo
- Sí, me mataste - contesté seria, con los ojos clavados en los suyos.

Sonrió tímido y se notó que lo ponía incómodo la forma en que lo miraba, pero no me hice problema, lo seguí haciendo, a propósito.

- Qué tengo? - preguntó finalmente
- Qué no tenés? Sos todo lo que está bien, Julian
- Ah bueno, no te parece un poco mucho? - rió algo nervioso
- No - contesté rápidamente, mientras acercaba mi cara a la suya, lentamente.

Su mirada se conectó automáticamente con la mía en cuanto se dio cuenta de mis intenciones. Él estaba nervioso y yo, hiper relajada. Tenía los ojos fijos en su boca y juro que por un instante, eterno instante, no me importaba nada más que lo que estaba viendo.

Pocos centímetros nos separaban y yo ya tenía mi brazo apoyado en su hombro, con mi mano firme en su nuca. No se de donde saqué el valor para acercarme aún más, hasta el punto de respirar su mismo aire, y casi rozar sus labios con los míos.

- Ori - susurró y lo miré, sin moverme.

Tenía los ojos cerrados pero estaba muy tenso, se notaba a kilómetros.

- Qué? - pregunté casi sobre sus labios
- No... no puedo - murmuró y apoyé mi frente sobre la suya, rendida
- Por qué? Qué pasa? - pregunté en un hilo de voz, volviendo a mirarlo a los ojos
- Tengo novia - confesó, directo y claro.

Me distancié enseguida, mirándolo fijo, sin poder creer lo que me decía. No sabía si morir de vergüenza ahí mismo, o tener que matarme por ser tan idiota y haberlo dejado ir, con otra.

- Perdón - largué, casi tartamudeando - no sabía nada
- Está bien, no tenías por qué saberlo. Y perdoname vos a mi, si en algún momento te confundí, no fue mi intención - se disculpó, apenado, y negué con la cabeza
- No te preocupes, te entiendo más que nadie - dije haciendo una mueca de dolor.

Nos quedamos en silencio por un largo rato, algo incómodos los dos. Me maldije por haber tomado tanto, creo que estando sobria no hubiese tenido el valor de tirarme así, sin ni siquiera saber qué le pasaba a él por la cabeza. Tampoco sabía por qué tenía la necesidad o el impulso de besarlo cuando, hasta hace unas horas creía que me había olvidado completamente de él. Creo que el volver a pasar tiempo juntos, como hacíamos antes, y verlo tan atento y tierno conmigo me removió todos los sentimientos que tenía hacia él, los cuales tanto me esforcé por reprimir durante estos últimos meses.  

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